El intercambio de acusaciones entre los arqueólogos Ángel Villa y Sergio Ríos acerca de un trabajo del primero citado por el segundo sin hacer referencia a la autoría acabó en eso, en un cruce de recriminaciones. Ríos desveló ayer que Villa le había enviado un escrito por conducto notarial en el que "me conminaba a reconocer por escrito que copié". Lo único que consiguió es una sentencia desestimatoria contra el derecho al honor. Sergio Ríos, vinculado a la Universidad de Santiago de Compostela en aquel momento, consideró que se había vulnerado su prestigio profesional con la denuncia de Villa, quien alegó que su colega en la Universidad gallega utilizó para el texto de su artículo una información obtenida de la iniciativa y el esfuerzo investigador ajenos, usurpando así la primacía de la revelación al ámbito científico de los descubrimientos realizados en el castro de Pendía (Boal). Esa denuncia pública -que no llegó ante el juez- tuvo como respuesta una demanda contra Ángel Villa por vulneración del derecho al honor ante las acusaciones realizadas sobre Sergio Ríos quien precisó ayer: "No me condenaron por plagio; todo esto responde a un afán monopolístico de la cultura castreña".