Asturias tiene la quinta tasa más alta del país de jóvenes emancipados, es decir, que dejan el hogar parental antes de los 30 años: el 28,8% del total de los jóvenes de la región. El problema es que muchos emigran a otras comunidades autónomas y a otros países para encontrar un trabajo y un salario acorde con su capacitación. En el otro extremo se sitúa un 69,9% de menores de 30 años están al paro. De ahí que en 2015 la tasa de pobreza en ese tramo de edad se elevara al 46,1%, la tercera más abultada de España.
Los datos corresponden al último informe realizado por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, correspondiente al primer semestre de 2015. En él se refleja que "las condiciones laborales de la población joven asalariada de Asturias están caracterizadas por una mayor precarización de los empleos en lo concerniente a la alta incidencia de temporalidad y sobrecualificación". Eso sí, matiza el estudio que en el último año se detecta un descenso de esta incidencia.
Aún así, el 57,1% de los asalariados menores de 30 años que ya no cursa estudios "desempeña un puesto de trabajo que requiere una cualificación inferior a la efectivamente poseída". Esto representa una tasa superior a la media nacional.
El mismo estudio indica que el 62,6% de las personas con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años tiene estudios secundarios postobligatorios o superiores, lo que supone el 5,8% más que la media del país.
La actividad laboral entre los jóvenes asturianos, con independencia de su nivel de estudios, es inferior a la media nacional.
Según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, el 31,1% de los ocupados menores de 30 años tenía en el segundo trimestre de este año una jornada laboral inferior a las 35 horas semanales, el 36,77% de personas más que un año antes y el tercer porcentaje más abultado de todas las comunidades autónomas.
Además, el 50,8% de los ocupados llevan menos de un año en la empresa actual, lo que indica el índice de eventualidad.
La tasa de emancipación está directamente relacionada con los movimientos migratorios. Asturias registró en 2015 el quinto saldo migratorio negativo más abultado de España, con casi 600 jóvenes menores de 30 años, la mayoría (459) con edades comprendidas entre los 25 y los 29 años.
El informe también dedica un capítulo a las posibilidades de los jóvenes asturianos a acceder a una vivienda, tanto en adquisición como en régimen de alquiler, teniendo en cuenta los precios y el poder adquisitivo del que disponen.
Así, indica que "los hogares compuestos por jóvenes de menos de 30 años no pueden acceder con plenas garantías de solvencia, esto es, sin dedicar más del 30% de sus ingresos a hacer frente a los gastos mensuales". Pero si la intención es ir a vivir solo pese a tener un sueldo, la posibilidad parece inviable, ya que el joven asalariado debería dedicar casi la mitad de su salario al alquiler (49%), y más si quiere comprar.
