El acto público de ayer de Pedro Sánchez en El Entrego ha sido una inyección para el "sanchismo" en Asturias. Sus estimaciones señalan que acudieron entre 1.200 y 1.300 personas, si bien es cierto que hubo autobuses desplazados de Madrid y comunidades limítrofes. Aunque el acto no se planteó como un "desafío" en la tierra del presidente de la gestora, sí tuvo algo de exhibición de fuerza. "Difícilmente puede Javier Fernández querer poner orden en España cuando nunca tuvo en contra a tanta gente en Asturias como ahora", aseguró un destacado dirigente de los "sanchistas".

La gestora analizó con desapego el acto de ayer, al que consideró más desinflado de lo que las expectativas anunciaban. "Parece que les ha fallado el SOMA", trasladaban ayer fuentes próximas a la gestora, aunque no hubo ninguna declaración oficial. Daban una cifra menor ("como mucho 700"): esa era el número de sillas, pero había grupos de pie. La FSA también guardó silencio, en la línea del refrán que dice que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Eso sí, la próxima se semana se reunirá la comisión ejecutiva del partido en Asturias.

Hay un detalle que no ha pasado desapercibido: la presencia de la directora de la Agencia de Cooperación del Principado y secretaria de Igualdad de la FSA, Gimena Llamedo, en el encuentro que mantuvo Pedro Sánchez con algunos dirigentes socialistas afines, antes de su intervención pública, a la hora de la comida. Llamedo desempeña dos cargos que reflejan confianza hacia ella de Javier Fernández: en el partido y en el Gobierno. También fue vista en el acto la directora general del ERA, Graciela Blanco, pero no como integrante del círculo reducido de Sánchez. Especial protagonismo tuvo la diputada Adriana Lastra, con afectuoso abrazo con Pedro Sánchez incluido. La otra asturiana de la Ejecutiva "sanchista", María Luisa Carcedo, también estuvo en el estrado, aunque en segunda fila. Para ambas pidió un aplauso Pedro Sánchez.