El detector de mentiras de la biología molecular, la secuenciación del ADN, acaba de revelar el porqué de la situación de riesgo de extinción del lince ibérico. Científicos españoles, coordinados por la Estación Biológica de Doñana (adscrita al CSIC) han podido constatar la "extrema erosión" que sufre el ADN de este felino. Una realidad que condiciona su adaptación a nuevos hábitats. En esa labor han sumado esfuerzos 50 científicos pertenecientes a grupos de investigación de doce instituciones, dos de ellas extranjeras, que cubren áreas diversas, como bioinformática, genómica, evolución, conservación u oncología, entre los que se encontraban Carlos López-Otín, Víctor Quesada y Javier R. Arango, los tres vinculados a la Universidad de Oviedo.

Los investigadores, liderados por José A. Godoy (de la Estación de Doñana), han conseguido leer y ordenar 2.400 millones de letras del ADN de "Candiles", un macho nacido en la población de Sierra Morena que actualmente forma parte del programa de cría en cautividad del lince ibérico. Se trata del primer genoma de referencia de un mamífero que se genera íntegramente en España. Para avanzar en este trabajo, publicado en Genome Biology, se han utilizado nuevas técnicas de secuenciación y desarrollado procedimientos novedosos, a fin de generar un borrador de genoma de calidad con un presupuesto limitado.

En total, se han podido identificar 21.257 genes, un número similar al del ser humano y otros mamíferos, y se han comparado con los del gato, el tigre, el guepardo y el perro. Al término de ese trabajo, financiado por Banco Santander y gestionado por la Fundación General CSIC, los científicos concluyeron que el del lince ibérico es uno de los genomas con menor diversidad, incluso inferior a otros mamíferos amenazados como el guepardo o el demonio de Tasmania, o de aves, como el ibis japonés o el águila de cola blanca. Junto a la erosión genómica extrema de esta especie, los científicos han podido concretar algunos cuellos de botella demográficos, con tres etapas bien diferenciadas en ese declive. La primera de ellas, hace 300.000 años, cuando el lince ibérico comenzó a divergir de su hermano el lince boreal o euroasiático. Ambas especies continuaron cruzándose e intercambiando genes algunos años cuando la climatología permitía la expansión de las especies y su consiguiente coincidencia en la península Ibérica y el sur de Europa. El último de esos declives demográficos, del que no ha podido recuperarse, ocurrió hace 300 años. Todo ello sumado a la destrucción del hábitat del lince ibérico durante la última mitad del siglo XX y las dos grandes epidemias víricas que ha sufrido el conejo, su principal fuente de alimento, han diezmado por completo la especie.

Los investigadores también han encontrado indicios de modificaciones genéticas relacionadas con la audición, la vista y el olfato para facilitar la adaptación del lince a su entorno, lo que les habría permitido convertirse en cazadores excepcionales y especializarse en una presa como el conejo. Esas variantes genéticas halladas en este trabajo de investigación podrían estar reduciendo las tasas de supervivencia y de reproducción de la especie, un problema más acusado en la población de Doñana que en la de Sierra Morena, confirman los científicos.

El estudio refleja, no obstante, la situación antes de que se iniciara el intercambio entre las dos poblaciones y éstas se mezclaran en cautividad, una medida que los científicos consideran que ha permitido mejorar la situación genética del lince ibérico en los últimos años. Concluyen los investigadores que la presencia de variedades genéticas potencialmente perjudiciales podrían estar reduciendo las tasas de supervivencia y reproducción de la especie.

El trabajo de secuenciación del ADN permite rastrear la huella de epidemias pasadas que pudieran haber alterado su genoma para poder retroceder a la situación anterior al declive. Las conclusiones obtenidas de esta investigación servirán para fijar nuevas estrategias de conservación, reproducción y cría en cautividad.