El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró ayer que el nuevo modelo de financiación autonómica estará "inspirado por los principios de solidaridad e igualdad". Y añadió que el objetivo "es asegurar un nivel de servicios en todos los territorios definiendo una cartera común en las áreas fundamentales", además de "una financiación estable y suficiente". Con estos mimbres, se trata de que "todos los españoles puedan acceder a los servicios públicos en igualdad de condiciones, vivan donde vivan". El jefe del Gobierno español se mostró convencido de que se logrará un acuerdo.

Rajoy respondía así en el Senado a preguntas del diputado de Foro Asturias Isidro Martínez Oblanca, quien advirtió durante su intervención de que "los asturianos no queremos ser más que nadie, pero tampoco menos que los demás". Calificó además el actual modelo de financiación de "perverso, injusto y antisocial", que el Gobierno central debería de haber corregido durante su primera legislatura, y que sin embargo empeoró al condonar intereses a las comunidades más incumplidoras, es decir, a Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía.

La negociación del nuevo modelo de financiación autonómica se presenta como una guerra territorial en la que las siglas de los partidos quedarán al margen. Si el Gobierno asturiano ya advirtió de que la batalla será "dura y larga", ayer fueron el de Galicia -en sintonía con el Principado- y el de Valencia -del "frente mediterráneo junto con Cataluña y Baleares- los que aseguraron que no se trata de una cuestión de partido, sino de territorio. Y cada uno defenderá el suyo.

El presidente gallego advirtió: "Somos buenos, pero no somos tontos", y avanzó incluso que habrá "enfrentamientos" con presidentes de su mismo partido (PP) en otras autonomías si defienden intereses lesivos para Galicia.

Ximo Puig, por su parte, incidió en que "no hay una situación de frentismo" dentro del PSOE por la financiación autonómica, pero añadió que "no a todos les va igual con el actual sistema de financiación". El presidente valenciano quiso restar importancia al peso que puede tener en la negociación que el asturiano Javier Fernández sea además el presidente de la gestora socialista.

El líder de la gestora

"No es una cuestión de partidos, sino de defensa del interés general y de los intereses de los territorios", señaló Puig. Y añadió que Javier Fernández "tiene que tener una posición", pero se mostró convencido en que será posible un acuerdo a nivel estatal.

Los presidentes autonómicos empiezan así a fijar posiciones de cara a la Conferencia de Presidentes del 17 de enero, en el que se iniciará la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica.

Asturias sabe que tendrá que buscar aliados para sacar adelante su propuesta de equidad en el reparto y de que se tenga en cuenta el coste real de los servicios públicos, esto es, en sanidad, educación y servicios sociales. Esto se traduce, por ejemplo, en que el nuevo modelo de financiación autonómica debe ajustarse a lo que en realidad cuesta la atención sanitaria en un territorio envejecido, que es mucho más elevado que en otro con más población infantil, juvenil y trabajadores en activo.

Todos coinciden en que la negociación será "dura y larga", aunque se confía en llegar a un acuerdo. Pero aunque se llama al diálogo, también hay coincidencia en que cada uno defenderá los intereses de su comunidad al margen de siglas políticas.