La restauradora Natalia Díaz-Ordóñez conoce muy de cerca las pinturas de Santullano. En 2011, por encargo del Instituto de Patrimonio Cultural de España y del Gobierno del Principado, elaboró un estudio sobre el estado de conservación de estos murales. El análisis constató que las pinturas tienen serios problemas de conservación -aunque reversibles- y que precisan una intervención urgente. El año pasado comisarió la exposición "Santullano desvelado", que se mostró en la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) y que obtuvo un gran éxito de público. En ella se mostraba la información más interesante de toda la que se obtuvo durante el estudio.

"La suerte de ser restauradora es que a veces te permite trabajar en sitios emblemáticos como éste. Yo tuve la fortuna de trabajar aquí en 2011, en la redacción de un informe que nos permitiera averiguar si era posible revertir el estado actual de las pinturas, que adolecen de muchos problemas. El estudio se componía de tres partes. Por un lado, determinábamos cómo se pintó. También determinamos las patologías y, por último, si esas patologías tienen cura", indica esta experta.

Trataron de constatar también si se podían utilizar tratamientos inorgánicos para revertir el estado de las pinturas sin volver a dañarlas. Y la conclusión a la que llegaron era que, efectivamente, esa reversión era posible. "La pintura está y es recuperable. Pero hay que tener conciencia de cuánta parte de pintura es original. Hay una gran parte que está cubierta por un repinte y hay una gran parte que se ha reproducido. En la intervención de los años 80 conocían cómo habían sido las pinturas y las reproducen: donde no existen, cubren la original y a veces alterando el propio color original. En esta intervención, que en un principio estuvo practicada por un restaurador, después van introduciéndose ayudantes. Ven una necesidad de aportar nuevos brillos y van introduciendo elementos que, a día de hoy, han puesto en peligro la conservación".

Díaz-Ordóñez, apoyándose en esa reversibilidad de los daños, espera que "en un futuro no muy lejano" se pueda ejecutar la restauración. No sólo de las pinturas de Santullano, sino las de todo el Prerrománico en general. Esta experta es plenamente consciente del valor de este templo, que pese haber sido declarado como Patrimonio de la Humanidad, aún tiene que convivir con el paso de la autopista "Y" a escasos metros de sus muros. "Santullano es algo único en Europa por su singularidad, por su belleza, por su historia y porque es una gota de historia congelada en el tiempo. Es como ese mosquito que aparece en la película 'Parque Jurásico" dentro de una gota de ámbar".

Según Natalia Díaz-Ordóñez "el aislamiento de Asturias favoreció que tengamos un hito histórico". Así lo explica: "Santullano se crea en el siglo IX y por su magnificencia, por su esplendor, se recrea algo único. Pero, además, por los avatares históricos, cuando con Ordoño II la corte se traslada a León, Asturias se queda como una región sin mucha posibilidad con lo cual estos edificios se quedan estáticos. No se transforman, no sufren todas las evoluciones que padecen otras iglesias como, por ejemplo, la catedral de Santiago, creada por el mismo rey Alfonso II. Ese templo vivió todos los avatares, se fue trasformando: un pequeño edificio prerrománico para a ser románico, gótico, barroco.... Va creciendo en dimensiones y se va alterando. Pero San Julián está congelado. Está congelado en su belleza desde el siglo IX hasta hoy".

Para la restauradora no hay duda de su elevada categoría: "Tenemos el conjunto de pintura altomedieval más importante de Europa. Y la pena es que no tenemos conciencia de que tenemos esto aquí. Sería fundamental que cada asturiano, cada español, estuviera orgulloso y conociera este monumento, le diera la importancia que tiene y se crease hacia el edificio un sentimiento de reverencia", asegura.