"Las pinturas de Santullano son el resultado del trabajo de un taller medieval con una calidad excepcional y de una ejecución sin par". Natalia Díaz Ordóñez estudió y restauró en 2011 las pinturas de Santullano y fue comisaria de la exposición "Santullano desvelado". Anoche estuvo presente en el Club Prensa Asturiana. Natalia Díaz reivindicó la figura del profesor de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, Lorenzo Arias, "una pieza clave cuyo trabajo es fundamental para entender Santullano".

Lorenzo Arias también participó en el acto, al final del cual valoró "esa escenografía teatral al modo pompeyano" que suponen las pinturas del interior "y que son como ventanas al mundo". Las pinturas murales de Santullano llaman la atención. En su origen "serían un espectáculo de luz y color que nos impactaría. Para empezar, veríamos colores mucho más fuertes y brillantes".

El trabajo documental e infográfico sobre Santullano que ayer se pudo ver en LA NUEVA ESPAÑA es a juicio de la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo, "una gran herramienta de promoción de nuestro patrimonio y a la vez una forma de visibilizar el trabajo de muchas personas durante décadas. Hay mucho estudio y rodaje en Santullano, aunque claro que queda mucho por hacer", señaló.

La restauradora Natalia Díaz añade que "me admira la implicación de la prensa en este tema. Somos muchos en esta pelea en favor de Santullano".

Frente a la belleza de las imágenes murales y la recreación del interior del templo el consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, se reconocía "fascinado" ante una "pintura icónica" llena aún de interrogantes.

A Alonso no le importaría -dijo- vivir la experiencia del viaje en el tiempo, en este caso 1.200 años atrás, cuando los maestros del taller cubrían las paredes interiores y exteriores de una de las joyas del prerrománico asturiano, que no tiene paralelismo alguno en el mundo, recuerda el arqueólogo del Principado y gran referencia en este monumento, César García de Castro.

"Estamos ante un tratado de Teología, que usa la arquitectura como signo de expresión. La trascendencia de Dios se expresa aquí con signos abstractos, con una profundidad teológica enorme", señala García de Castro.

En Santullano "lo narrativo deja paso a lo conceptual". Y ese concepto último "solo lo entendía el que lo concibió", añade. El arqueólogo reconoce que el interior de Santullano "apabulla" sobre todo porque el exterior de la iglesia es "modesto". Y ese contraste "es algo buscado, una inmersión" en otro mundo.

A Maribel Díaz, guía de Santullano, le encantó ver en el documental "la recreación de los zócalos de mármol, que ahora casi no se ven por desgaste". Díaz lleva de guía desde 1985 y se conoce "hasta la última esquina" de un templo que no deja de sorprenderle. Las pinturas murales, efectivamente, sorprenden pero cuando son explicadas por Maribel Díaz, gustan mucho más. Explicar no es desentrañar su significado, ejercicio imposible por otra parte. El consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, prefiere hablar de "sentido, más que de significado". Dar sentido sí es posible, aunque cada cual pueda firmar su propia interpretación.

Y frente al ejericio de recreación, Natalia Díaz reconoce que "por perfecta que ésta sea, siempre será una simplificación" de una obra minuciosa hasta el extremo, llena de simbolismos.

La presentación de la realidad virtual de Santullano para García de Castro "una utilidad pedagógica grande, sobre todo porque en la iglesia hay un problema serio de iluminación y esto ayuda a identificar las formas". A pie de iglesia hay zonas donde el visitante ve "manchas de color".

Lo que vemos en la recreación es algo muy aproximado -explica el historiador Lorenzo Arias- "a lo que vería Alfonso II y los integrantes de su Corte".

Revestir el exterior y revocar el templo es para García de Castro "tarea urgentísima, la mejor defensa que puede tener Santullano".