Irene Arias trabaja desde hace tres años y medio en Londres como enfermera, pero además ha empezado a estudiar la especialidad de matrona, lo que prácticamente le asegura su carrera profesional en el Reino Unido. Las razones que la llevaron a emigrar las resume rápido: "Tus padres se gastan un dineral en formarte, haces la carrera, te pagan los máster, multitud de cursos para coger puntos y al final tienes una formación estupenda que no te sirve para encontrar trabajo o el que lo encuentras está mal pagado y en malas condiciones".
Avilesina de 26 años, acabó la carrera de enfermería en 2011. "Hice un máster de Urgencias, porque me dijeron que con eso conseguiría trabajo, pero nada. Luego hice el de hemodiálisis, y tampoco, ni en el sector público ni en el privado, así que me planteé que tenía que buscarme la vida en otro sitio", relata esta joven emigrada.
Supo entonces que el Reino Unido estaba buscando profesionales de Enfermería en España, y se fue con un amigo a hacer una entrevista a Madrid. "Nos la hicieron en inglés, para ver el nivel que teníamos, y nos dijeron que allí trabajaríamos, que teníamos las características y condiciones que buscaban y nos animamos a marchar. El primer año fue horrible", rememora Irene, que ha vuelto de vacaciones a pasar la Navidad con su familia.
"Nos llevaron a trabajar a una residencia de la tercera edad privada y perdida en un pueblo; no entendíamos nada... ¡Y creíamos que lo hablábamos estupendamente! Aquello fue horrible, hasta que nos decidimos a coger un piso fuera de aquella residencia y cambiamos de trabajo. Pasamos al sistema público y a partir de ahí todo cambió", relata la enfermera avilesina.
Ahora vive con más compañeros españoles y de momento no se plantea regresar no sólo a Asturias, ni siquiera a España. "Me falta un año para acabar la especialidad de matrona. Todos pensamos que en Inglaterra es muy diferente a España. Allí quieren formarte para que te especialices y te pagan bien, te animan ellos a que sigas estudiando y a que te desarrolles profesionalmente", asegura.
"Todo lo contrario que en España. No puedo volver para estar en un trabajo que no sé si me va a durar una semana, un mes, un año, haciendo lo que te mandan y no lo que te gusta, y por un salario que no te da ni para pagarte la vivienda. Aquí nadie te orienta, ni te facilita nada. Al contrario, pagas por formarte miles de euros en cada máster y no sirve para nada, porque todos estudiamos y estudiamos y aunque hace falta personal en los hospitales, en los geriátricos, en las clínicas... no se contrata por los recortes y si lo hacen es trabajo precario, mal pagado e inestable. Así no se puede", resume Irene Arias.
