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"Somos el campus débil en equipamiento y en lo académico", claman en Llamaquique

El sobreaforo en las aulas, la excesiva burocracia en la acreditación del profesorado y la falta de ayudas a los estudiantes, principales quejas

Acceso a la Facultad de Formación del Profesorado, en el campus de Llamaquique. PABLO SOLARES

"En Llamaquique hay que actuar con decisión", plantea un reconocido gestor universitario. La reclamación, aunque conocida en el seno de la comunidad académica, no ha obtenido respuesta hasta el momento y profesores y alumnos decidieron llevarla hasta el claustro de la Universidad de Oviedo, donde expusieron con detalle algunas de las necesidades y deficiencias de este campus. "Es un punto débil de la Universidad, tanto en los académico como en infraestructuras", sostiene Juan Carlos San Pedro, director de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación. Ese punto flaco en lo académico viene derivado, según San Pedro, del "señalamiento" al que se ve sometido el colectivo docente ante la publicación de los nuevos criterios de acreditación de la Agencia Nacional de Evaluación. "Creo que deberíamos plantarle cara, desde la Conferencia de Rectores, y decirles que las acciones que se están toman no son de recibo", sostiene del decano de la Facultad de Formación del Profesorado, sobre al espiral burocrática en que se ven envueltos muchos docentes: desde rellenar varios impresos de solicitud y un completo currículum profesional hasta autorizaciones para inscribir su documentación en el registro de la Dirección General de Universidades o declaraciones de veracidad de toda la documentación entregada.

El nuevo decano electo de Ciencias destaca las deficiencias en infraestructuras. José Manuel Noriega detallaba nada más conocerse su nombramiento que una de sus prioridades para esta nueva etapa pasa por resolver los problemas de "hacinamiento" en las aulas. Los alumnos van más allá y explican que en una Facultad con 515 matriculados y un comedor con apenas una treintena de puestos es habitual ver a los estudiantes en los pasillos realizando la parada para el almuerzo. En este mismo capítulo hay quejas sobre lo anticuado de los fondos bibliográficos.

Y en la Facultad de Geología las ayudas que otorgan para las salidas de campo del alumnado resultan "irrisorias", y apenas cubren el 20% del presupuesto de una actividad académica que es fundamental en su formación.

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