La administración de lotería número 17, ubicada en la ovetense calle Arzobispo Guisasola, repartió ayer entre sus clientes 200.000 euros, correspondientes al número 07.211, de los que vendió diez décimos. Este número corresponde a uno de los cuartos premios de la lotería de Navidad. "Uno de los clientes de siempre me llamó nada más ver en televisión que su número había sido premiado, pero de la emoción casi no podía hablar", explicó a este periódico Isabel Eguiburu, titular del establecimiento. Vendió una serie completa -diez décimos- "entre clientes habituales", precisaba la mujer dando saltos de alegría, al lado de su colaboradora, Pili Barcena.

"El mayor susto se lo llevó mi marido, que pensó que había tocado el Gordo. Me llamó todo nervioso, hasta que pude explicarle que no era así", comentaba Isabel Eguiburu, mientras intentaba abrir una botella de champán para brindar "por el primer premio importante que doy, y que espero que le sigan otros muchos". La administración de Arzobispo Guisasola repartió también 6.000 euros, correspondientes a los boletos que terminaron en 13, como el primer premio.

A unos centenares de metros, en el número 8 de la calle Jovellanos, los hermanos Acebal Muñiz no daban crédito a su inmensa y reiterada suerte. En su veterano estanco, negocio familiar del que ya constituyen la cuarta generación, comenzaron a vender lotería nacional en 2010. Pues bien, en 2012 dieron casi cinco millones de euros con el Gordo; en 2014 un buen pellizco con el cuarto premio; y el año pasado vendieron participaciones de los premios tercero, cuarto y quinto.

Del segundo premio del sorteo de ayer -número 04.536- vendieron un décimo, lo que equivale a repartir 125.000 euros. "No sabemos a quién le ha tocado. Sí sabemos que es a una sola persona. Suelen venir por aquí con el billete al día siguiente del sorteo", explicaban los hermanos Rosa y Julio Alberto. Pronto llegó su madre, María Teresa Muñiz, de 81 años pero aún al pie del cañón, para sumarse a la fiesta.