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LUIS MARÍA SERRA DE RENOBALES | Ovetense, profesor de la Universidad de Zaragoza

"La presión medioambiental cambiará el modelo energético

"Las aplicaciones de las telecomunicaciones y la informática hacen posible mucho bien, pero también mucho mal"

Luis Serra de Renobales.

Luis María Serra de Renobales, natural de Oviedo (donde residen sus hermanos, sobrinos y amigos), es profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Zaragoza y responsable del grupo de investigación consolidado Ingeniería Térmica y Sistemas Energéticos perteneciente al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón. Fue discípulo del Rector asturiano, Santiago García Granda, y participó recientemente en un tribunal académico en la Universidad grancanarina.

-¿Cree que se logrará cambiar el modelo energético?

-Queramos o no habrá un cambio de modelo energético, porque la presión medioambiental lo impondrá. Debe haber una descarbonización de la producción de energía, cambiar la fuentes de producción o hacerlas más eficientes.

-¿A pesar de que Donald Trump haya elegido como nuevo responsable de la política medioambiental de Estados Unidos a un negacionista del cambio climático?

-Lo habrá pese a quienes cuestionan el cambio climático como Scott Pruitt, elegido por Trump para dirigir la agencia de protección del medio ambiente de Estados Unidos, que cuestiona que esté producido por el hombre, porque entre la comunidad científica independiente ya se considera un hecho irrefutable.

-¿Cuáles son las pruebas?

-Por ejemplo, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera supera las cuatrocientas partes por millón cuando en la Era Preindustrial llegaba a las doscientos ochenta. No se tiene constancia de ningún periodo de la historia de la Tierra en el último millón de años en la que haya habido un incremento tan rápido y tan importante de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera.

-¿Qué se debe hacer para evitar el cambio climático?

-Ya lo ha dejado claro el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido por el acrónimo en inglés IPCC, cuando declaró que se tiene que reducir en torno al setenta por ciento de las emisiones de dióxido de carbono para el año 2050 si se quieren evitar las consecuencias irreversibles del calentamiento global.

-¿Y si no se siguen esas medidas?

-Tenemos capacidad de reacción ante una crisis financiera porque se puede legislar o redistribuir la riqueza, pero con el cambio climático no, porque el clima es implacable, si sube el nivel del mar a ver quién le pone puertas. No ocurrirá de la noche a la mañana, pero poder remediarlo llevará generaciones.

-¿A qué ritmo se están derritiendo los glaciares?

-El polo norte ha batido este año un récord de derretimiento, y se estima que el grosor de la capa de hielo ártico se ha reducido un diez por ciento, pero se olvida que en el Himalaya los glaciares cada vez son menores y esos son los que abastecen de agua a los ríos de la India y China, los dos países más poblados del planeta. ¿Si se quedan sin agua o si ésta se distribuye de forma mucho más irregular que ahora, qué pasará?

-¿La reducción del consumo de petróleo no llevaría a una crisis energética?

-No hay ninguna crisis energética, la Tierra recibe en cincuenta minutos la energía equivalente a la que consume la humanidad en un año, lo que hace falta es la tecnología para aprovecharla de manera eficaz y eficiente. La buena noticia es que las energías eólica y solar están compitiendo con las convencionales sin subvenciones, que paradójicamente sí están recibiendo ayudas.

-¿La energía solar podría abastecer a España?

-No se puede generalizar, hay que estudiar qué es lo adecuado en cada caso, en la mitad sur de España es evidente que la energía fotovoltaica tiene un gran potencial. La buena noticia es que los paneles fotovoltaicos han reducido su precio en un ochenta por ciento en los últimos ocho años.

-¿Por qué no se ha desarrollado el aprovechamiento de las energías eólica y solar?

-Hay otros aspectos en los que se está investigando mucho, porque las energías eólica y solar son intermitentes, irregulares, es difícil predecir con exactitud cuándo soplará viento. Además su control para cubrir el 100% de la demanda requiere mucha investigación en almacenamiento de energía a gran escala.

-¿Qué país está investigando?

-Aunque parezca imposible, un modelo para nosotros es un país del norte de Europa que recibe mucha menos luz que nosotros, Dinamarca. Ellos vienen investigando e instalando plantas de energía solar térmica para cubrir las necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria de sus viviendas desde hace varias décadas, porque con la crisis del petróleo en los años 70 tomaron conciencia de que debían disminuir su dependencia de las energías fósiles. Entonces instalaron sistemas de calefacción de distrito, en los que las viviendas en vez de una caldera lo que poseen es una red de agua caliente que abastece a un barrio completo o incluso a una población entera. Eso tiene la ventaja de que se puede alimentar con diferentes fuentes de energía como la biomasa, o aprovechar el calor residual que producen las industrias en vez de soltarlo a la atmósfera, o incluso con energía solar térmica. En este último caso, incluso aprovechan el exceso de calor producido en verano acumulándolo en grandes tanques de agua bien aislados (almacenamiento de energía térmica) para utilizarlo en invierno. El país está desarrollando una política energética a largo plazo bien planificada e iniciada hace varias décadas, que busca abastecer al 100% con energías renovables al sector residencial e industrial para el año 2035, integrando con alta eficiencia energética diferentes tecnologías de producción y almacenamiento de energía. Este plan combina la investigación, el desarrollo tecnológico y por supuesto tiene en consideración la competitividad económica de las soluciones propuestas. Es esencial investigar cómo combinar diferentes sistemas de energía.

-¿Y mientras qué se hace en España?

-En ese reto España tiene la oportunidad de desarrollar energía limpia, estamos en el mercado libre, pero se ponen trabas a la energía renovable. Actualmente en España ya se produce en torno al 25-30% de la electricidad con energía eólica y solar (fotovoltaica y termoeléctrica), además de la hidroeléctrica que representa aproximadamente otro 15-20%. No obstante queda todavía mucho potencial de desarrollo de las energías renovables, de los sistemas de almacenamiento de energía y de la mejora de la eficiencia energética, lo que permitiría, entre otras ventajas, desarrollar tecnología propia y reducir muy significativamente la dependencia energética del exterior.

-Pero un país con mucho más peso como China está utilizando masivamente el carbón.

-A pesar de que China no haya firmado ningún protocolo medioambiental, está experimentando un gran crecimiento en la instalación de energías renovables. Tiene un problema enorme, puesto que el 75% de su energía eléctrica se origina en centrales térmicas de carbón lo que conlleva serios problemas medioambientales. Por eso están a la cabeza de la investigación de tecnología para hacer posible un uso eficiente y limpio del carbón, y también están haciendo un gran esfuerzo en desarrollar e instalar energías renovables, lo cual es probable que se conviertan en los futuros líderes en tecnologías limpias y renovables.

-¿Qué medidas cree que tomará el gobierno de Trump?

-Es una gran incógnita, habrá que ver qué pasa, ¿Quién se iba a imaginar hace 8 años (en 2008) que el precio del petróleo iba a bajar un 70% y que Estados Unidos iba camino de ser autosuficiente en petróleo, porque ya lo es en gas? Desde luego, los primeros pasos de esa administración son alarmantes, pero cualquier actitud negacionista del cambio climático a largo plazo está condenada al fracaso.

-¿Hasta dónde puede llegar el cambio climático? ¿Podría producirse una nueva glaciación?

-En el Océano Atlántico hay una especie de cinta transportadora de energía desde cerca del Polo Norte hasta el Polo Sur. Se evapora el agua del Atlántico Norte, pero no la sal, con el resultado de que al aumentar la salinidad aumenta la densidad de ese agua, lo que la hace bajar al lecho marino y viajar a través del fondo oceánico hasta resurgir en la superficie en el Atlántico Sur. Una teoría afirma que con el calentamiento, si se derrite el polo, el agua sería más dulce, la concentración de sal menor y no tendría densidad suficiente para ir al fondo, cortándose ese transvase entre el Atlántico norte y sur, lo que cambiaría el clima y cortaría la corriente del Golfo que hace que tengamos en Europa una temperatura más alta de la que nos corresponde por nuestra situación geográfica, lo cual desencadenaría una glaciación.

-¿Los más poderosos no harán nada para evitarlo?

-¿A quiénes se refiere? Existe una concentración muy grande de poder en pocas manos. Sesenta y dos personas poseen la riqueza de la mitad de la población mundial. Antes de la crisis eran más de trescientas, lo que significa que en los años que ha durado algunos se han enriquecido muchísimo, la riqueza que se ha generado ha ido al uno por ciento más rico de la población.

-Estamos gobernados por una oligarquía...

-Mucho peor que eso, porque a ello se debe añadir las inmensas posibilidades tecnológicas de las telecomunicaciones y la informática, que hacen posible muchísimo bien, pero también mucho mal. Lo sucedido en Turquía es un ejemplo de ello: en dos semanas se detuvo a miles de profesores, jueces, periodistas, funcionarios, policías y etcétera, sospechosos de pertenecer a Hizmet, la cofradía de Fethullah Gülen, teólogo acusado de idear el intento de golpe de estado de julio ¿Cómo sabían las fuerzas de seguridad turcas la afiliación de estos detenidos? Por las redes sociales que identifican a todos, vivimos bajo la vigilancia del Gran Hermano que describió George Orwell en su novela 1984.

-¿Cómo es posible?

-Cualquier aplicación necesita entrar en tu ordenador. Google lee los correos electrónicos, eso puede ser usado para beneficiar o no, lo cual es inquietante. Estamos ante un cóctel de consecuencias imprevisibles. Tenemos un futuro muy prometedor, pero hay peligros al acecho.

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