Raimundo García Cuesta, presidente de la Asociación de Accidentología Vial, pone el acento en "potenciar la intermodalidad" para solucionar los problemas de transporte que sufre Asturias. No se trata solo de ubicar en un mismo espacio las estaciones ferroviarias y de autobuses. Se trata de un concepto más amplio, una integración de los dos tipos de transporte público, de forma que compatibilicen sus horarios y dejen de competir. Asturias ha dado algún paso hacia esa integración, como por ejemplo en Avilés, donde la estación de autobuses, de la Feve y la de Renfe están situadas en espacios aledaños y comunicadas. En Gijón se está planteando una solución similar y el Principado propone una estación intermodal para la Zalia. La iniciativa del billete único del Consorcio de Transportes de Asturias (CTA) abunda en esa idea de la intermodalidad.
También se apuntan las regiones vecinas, como Galicia, que quiere aprovechar la llegada del AVE para 2019 o 2020 para tener listas varias estaciones intermodales, concretamente en Vigo, Orense y Santiago. También está previsto que se avance en proyectos de estaciones intermodales en La Coruña, El Ferrol, Pontevedra y Lugo. En los proyectos previstos, la Xunta de Galicia se encargaría de completar las estaciones, mientras que los concejos abordaría la urbanización del entorno. En algún caso se contempla construir un aparcamiento subterráneo.
La idea no es solo que el tren y el autobús compartan espacio físico, sino la integración de sus operaciones y también la información que se presta a los usuarios, que los horarios de trenes y autobuses estén coordinados, que los paneles informativos de las estaciones intermodales incluyan información de los dos medios de transporte y que se puedan adquirir billetes combinados, como ya ocurre con trenes y aviones en el caso de Renfe e Iberia.
