Nace la Ciudad Transcantábrica. Urbanistas y arquitectos han detectado la aparición de una ciudad "filamento" (por su forma estrecha y alargada) de baja densidad que recorre toda la Cornisa, de San Sebastián a La Coruña, siguiendo el paso de la Autovía del Cantábrico. "Es una calle de borde o "carel street"; un rizoma urbano que carece de centro, pero que va produciendo territorios que se hacen urbanos y que están pautados por las villas costeras, cada una con su propia área de influencia", subraya el arquitecto maliayés Juan Pedrayes Obaya, que reconoce la aparición de desarrollos urbanos similares en la Costa del Sol y en Castilla-La Mancha, en este último caso a partir de lo que ya se conoce como el "efecto Albacete".
La Ciudad Transcantábrica se está desarrollando de forma progresiva en una superficie de 1.500 kilómetros cuadrados, en la que, por lo concierne a Asturias, se observan dos estados evolutivos bien distintos. El de la comarca oriental es el que se encuentra más urbanizado, entre otras cosas porque la Transcantábrica avanzó primero hacia Cantabria, excepción hecha del tramo Unquera-Llanes. Por contra, el rizoma urbano del Occidente se presenta todavía bastante más difuso.
Los informes que ha venido publicando el Laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab), vinculado a la Universidad de Oviedo, confirman este "efecto autovía" y apuntan cuáles son sus consecuencias más allá del ámbito urbanístico. Aunque la Asturias "rica" sigue concentrada en el eje metropolitano, y, fundamentalmente, en los concejos de Oviedo, Castrillón, Carreño, Llanera, Gijón o Siero, los expertos subrayan que el avance de la Transcantábrica ha hecho que municipios como Villaviciosa, Caravia, Ribadesella, Llanes o Ribadedeva hayan experimentado un importante crecimiento económico en los últimos años, aunque los niveles de renta de sus habitantes todavía siguen por debajo de los del área central. Al otro extremo de la rasa costera, en el ala occidental, los expertos también han detectado "estirones" en municipios como Navia, El Franco o Tapia de Casariego.
Afirma Pedrayes que esta gran "calle de borde" Transcantábrica "debe ser algo más que un mero territorio" para disfrute de lo que denomina "territoriantes o turistas crónicos". Tras sustituir al cabotaje marítimo tradicional, el arquitecto apuesta porque haga de "eje articulador de esa nueva ciudad filamento que recorre todo el Cantábrico".
"Oportunidades"
Se trata de un nuevo concepto urbano y de comunicación que, según explica el experto urbanista, debería desempeñar un papel central en el futuro de Asturias. "Tiene que ser, junto a las rutas marítimas, la conexión principal de la región con el Atlántico, que es el espacio de oportunidades para el Principado ante un Mediterráneo que lleva 500 años en decadencia", afirma Pedrayes. Ahí entraría una eficaz colaboración entre los distintos territorios que componen este espacio. "A través del filamento cantábrico podemos recorrer Asturias en poco más de dos horas" y por él se conectan, lo que el arquitecto define como "las tres terminales del gran aeropuerto cantábrico: Santiago del Monte, Santander y Bilbao". Se trata de tres aeródromos que, en la actualidad, se gestionan a espaldas unos de otros, cuando no en clara competencia. Sin embargo, los expertos en política aeronáutica han advertido de que, debido a su cercanía, ya que de Oviedo o Gijón al aeropuerto de la comunidad vecina hay menos de dos horas en coche, resultaría muy interesante y conveniente una coordinación de servicios y de enlaces tanto nacionales como foráneos.
El desarrollo de la Ciudad Transcantábrica por la rasa costera, al rebufo del avance de la autovía, está relegando al histórico eje de comunicaciones del valle del Piloña, de Arriondas a Nava, que también se queda en una posición marginal respecto al área central. Es la Ciudad Astur que forma el eje metropolitano y para la que el Gobierno central trata de diseñar un plan de ordenación que encuentra bastantes resistencias tanto a nivel municipal, fundamentalmente desde Gijón, como profesional.
