Ana Ramírez Fueyo pertenece al Consejo de la Unión Europea desde 1988 y se ha hecho cargo de asuntos tan complejos como el mercado interior y política internacional, los Derechos Humanos, y las relaciones con India y China. Ahora es la jefa de unidad para valores mobiliarios y seguros. De vacaciones navideñas en Soto del Baco, se muestra, en sus "opiniones particulares y muy personales", optimista de cara al futuro, resalta el enorme potencial que tiene Asturias y defiende la ingente labor que se realiza en Bruselas teniendo en cuenta que la UE la componen 28 países, cada uno con su idiosincrasia e historia particular.
-¿Cuál es el papel del Consejo Europeo al que usted pertenece?
-Lo resumo mucho y utilizo un ejemplo: la Comisión Europea, que tiene muchos expertos, prepara una propuesta sobre productos financieros y la envía al Consejo Europeo y al Parlamento. Nosotros preparamos reuniones de representantes de todos los países miembros. Si la cosa es difícil, entonces reunimos a los embajadores, y si es muy difícil, que es lo que pasa cuando se trata de asuntos de financiación, entonces se reúnen los ministros de Economía. El Parlamento hace lo mismo, y luego nos sentamos a negociar para sacar un texto común que es producto del consenso a propuesta de la Comisión.
-¿Por qué utilizan esa jerga, ese lenguaje tan rebuscado y complejo en la Unión Europea?
-Es cierto que tiene una jerga propia, pero es porque la integran 28 estados miembro. Somos los magos del consenso, porque los textos tienen que servir para el alemán y para el maltés. Es muy difícil contentar a todos, poner de acuerdo a 28 cuñados, los tíos, los primos...
-¿Habrá algún día un mercado único de servicios financieros?
-Estamos en ello. Un inversor español compra acciones españolas, y ¿por qué no suecas o alemanas? Quizá por costumbre, por mentalidad, pero también porque hay múltiples trabas invisibles. Lo que se pretende es crear un verdadero mercado único para que el inversor desde su casa pueda decidir dónde quiere poner su dinero, porque ahora mismo hay incluso productos que desconoce o de los que se está empezando a hablar.
-¿Como el crowdfunding?
-Efectivamente. Por ejemplo, el último libro de Ángeles Caso se financió así, mediante el micromecenazgo. Quizás al inversor le interesa más dedicar su dinero a algo que sienta más próximo a sus principios o valores, como ayudar a emprendedores a sacar adelante un proyecto, o colaborar con una ONG. Pues eso hay que regularlo.
-¿Y los bancos y los grandes fondos de inversión que opinan? Porque es su negocio.
-A ningún banco le gusta la sobreregulación, ni requisitos de capital muy altos. Pero sí les interesa un nivel razonable que les permita trabajar a nivel europeo porque eso da seguridad jurídica, y eso es beneficioso para todos.
-¿Sobre todo a los consumidores?
-Ya se han hecho muchas cosas en este sentido.
-¿Hubo demasiada manga ancha con los bancos?
-No tengo esa sensación. Cuando llegué a mi ocupación actual ya se había adoptado mucha legislación y casi toda para proteger al consumidor. Quizás antes de 2008 hubiera sido todo más laxo, pero se ha avanzado mucho en esa materia.
-Se está insistiendo en la necesidad de invertir en planes privados de pensiones, pero en España de momento el éxito es restringido.
-En Holanda todo el mundo lo tiene. Pero quizás en España hay desconfianza. Cada país tiene su cultura y sistema. Sería muy difícil armonizar pero también se están haciendo cosas. En el proyecto de Unión de Mercados de Capitales se va a sacar un plan de pensiones paneuropeo, para que aquel que trabaja en España y luego en otros países como Italia o Francia, puedan cobrar igual. Será algo muy novedoso.
-¿Cómo afectará el "Brexit" a los planes de la UE?
-La salida del Reino Unido de la UE hará que España gane un puesto y se convierta en el cuarto país de la UE. Esto será muy importante, incluso en términos numéricos en las votaciones. Es muy difícil saber cuánto tiempo se van a prolongar las negociaciones ni el resultado.
-¿Y cuál es el ambiente en la City londinense?
-Hay muchos países que están muy preocupados, como Japón y Taiwán, porque tienen organismos y bancos con sede en Londres y todo el mundo sabe que la incertidumbre no le gusta al sector financiero.
-Otra gran incertidumbre es Donald Trump.
-Ha sorprendido a todo el mundo. Esperemos que las relaciones entre Europa y Estados Unidos sigan siendo igual de buenas y que se mantengan.
-La UE quiere impulsar las regiones y las relaciones entre los distintos países a través de ellas. ¿Cómo ve Asturias en ese panorama?
-Las regiones son importantísimas y las políticas de clústeres y las sinergias entre I+D+i y las empresas también. Asturias debe aprovecharlo. Las pymes son fundamentales porque crean mucho empleo. En Asturias veo actividad y mucha creatividad, y tiene una belleza casi inigualable. Es una tierra con muchísimo que ofrecer, con un potencial enorme y un futuro fantástico.
