Diez y media de la mañana del primer día de rebajas y la alarma pita y pita, no para. Las colas en caja rebasan ya la puerta de entrada a las tiendas. "Madre mía, cómo está esto", se le oye decir a un matrimonio en el concurrido centro comercial Intu Asturias. Y la jornada no ha hecho más que empezar. Para los comerciantes será larga, pero muy satisfactoria: "Estamos a tope, esto es una locura". Pese al adelanto de los descuentos en Navidad, los asturianos siguen religiosamente comprando cada 7 de enero. Y en algunos casos, también madrugando. La ovetense Ana González esperó ayer durante quince minutos a que abriesen las persianas del centro comercial de Paredes (Siero). "Si vienes más tarde, ya no quedan tallas de lo que te gusta", asegura. A última hora de la tarde, quienes buscaban la prenda deseada no lo consiguieron: "Ya no queda nada", afirmó un comprador. La fiebre de las rebajas llegó incluso a las pastelerías, con los roscones de Reyes a mitad de precio.

"Este año se hicieron más roscas y sobraron algunas. Pero hoy (por ayer) se acaban todas fijo", dice Vanesa García, encargada de la cadena de panaderías Granier. El centro de Oviedo fue durante toda la mañana una avalancha de bolsas. El mayor barullo se formó, como es lógico, en Uría. Tanto, que a María Blanco, de la tienda Soho&Co, no le dio tiempo ni a despegar por completo sobre el escaparate el cartel de "sales" (rebajas). "Me puse con ello antes de abrir la tienda y tuve que dejarlo porque había gente esperando a entrar. A partir de ahí fue imposible moverme de la caja", explica. El mismo ajetreo hubo en la calle Diecinueve de Julio. "La campaña empieza muy bien. Ayuda que sea sábado porque mucha gente no trabaja", comenta Antonio López, del comercio Le Petit. La mayoría fueron ventas, pero también hubo devoluciones de Reyes, como indica Sofía Revilla, de la tienda Leonce: "La temporada promete".

En ello está de acuerdo el presidente de la Unión de Comerciantes de Asturias, David Argüelles, que considera no obstante que "no existe la oleada de años anteriores". Los empresarios locales lo achacan a la liberalización de las rebajas. De hecho, muchas tiendas ya están con descuentos desde el pasado 23 de diciembre, como Nither en Oviedo. En su caso, la jornada transcurrió "con normalidad", dice Javier Iglesias, ya que "se mantienen los mismos descuentos que en Navidad". "Nosotros siempre estuvimos en contra de ello. Creemos que ahora existe un exceso de oferta, que ya no hace tan atractiva la campaña tradicional de rebajas", comenta David Argüelles. Aun así, los asturianos siguen con el "chip" de salir de tiendas el 7 de enero, como ayer se apreció en toda la región.

María del Pilar Santos ya salió a las nueve y media de la mañana de casa en dirección a la calle Uría. "A esa hora se estaba muy bien, pero ahora -la una de la tarde- es imposible entrar en las tiendas", indica. Igual de madrugadora fue Jessica Suárez, de Posada de Llanera: "Es exagerado, en muchos sitios ya no sabes ni por donde va la cola". Unos pasan de largo y otros esperan y esperan. "Llevamos por lo menos quince minutos a la cola y no avanza", dice Patricia González, casi al final de una fila triple que dobla hacia el extremo izquierdo del establecimiento textil. "Yo vengo a mirar y si me gusta, a comprar. Pero colas no aguanto", expresa por su parte el mierense Óscar Casado, en compañía de su novia Melani Fernández.

Ningún consumidor espera encontrar grandes gangas, sólo dar con la talla de aquella prenda a la que habían echado el ojo durante las Navidades. "El primer día siempre hay más tallas. Como esperes al final, los precios están más bajos pero ya no queda nada de lo que te gusta", explican los hermanos Loli y Alberto Miranda, de Avilés y dispuestos a pasar la mañana en Intu Asturias. "Nosotras siempre intentamos venir pronto para evitar el follón de la gente", señalan Julia Moro y Nieves Portela, que a las diez y diez de la mañana ya salían "con un vestido, un jersey y una camiseta" de una tienda del centro comercial. A partir de esa hora el jaleo fue en aumento. "Acabamos de alucinar. Pensábamos que íbamos a encontrar a cuatro personas y que luego se iría animando la mañana. Pero esto es tremendo", sostiene la ovetense Mónica Fernández. "Esto se soporta unos minutos, pero no más", apunta su tocaya Mónica Nachón, de Pola de Siero.

Además de día de ventas, fue día de cambios. Al menos para Álvaro Entrialgo, Maite Castro y sus hijos Álvaro y Lucía Entrialgo, que ya desde bien temprano empezaron la peregrinación por los comercios. También para la ovetense afincada en Avilés Natalia Pulido, que no obstante combinó las devoluciones con alguna que otra compra. "En El Corte Inglés tuvimos que salir y volver un rato después porque aquello era una locura", confiesa. Para Adrián Rivero y Desiré Carleo salir de rebajas es una tradición, aunque reconocen que chollos "hay pocos". "Al final es lo de todos los años: te sacan prendas de temporadas pasadas y esas son las que rebajan", critica Rivero sobre las grandes marcas.

En general, los empresarios esperan una buena campaña, pero en la línea del año pasado. De momento, la temporada navideña ha dejado buen sabor de boca en los pequeños comercios, que abrirán de nuevo hoy sus puertas para competir con los grandes almacenes.