"Están a salvo porque avisaron los perros", asegura la propietaria de una casa rural de Villarmayor (Grandas de Salime), donde el pasado viernes por la tarde se desató un fuego que destrozó el tejado y la buhardilla de la vivienda, sin que se registrasen daños personales. Una pareja residente en Gijón que había alquilado la casa estaba durmiendo cuando se originó el incendio. Los dos perros del matrimonio ladraron sin tregua para advertir a sus propietarios de que se estaba acumulando un humo letal. Los turistas salieron por su propio pie de la casa y avisaron a la titular del negocio de la desgracia que había ocurrido.

Poco después, se presentaron en el lugar del incendio los bomberos de Servicios de Emergencias del Principado (SEPA) con base en los parques de Grandas de Salime y Castropol, que lograron extinguir el fuego tras verter 2.500 litros de agua y emplear casi tres horas.

Los bomberos se desplazaron a la vivienda, a cinco kilómetros de la capital grandalesa, con tres autobombas forestales y una autobomba urbana. La dotación, según informó el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias, utilizó dos líneas de agua para sofocar las llamas. Además, realizaron un corte en el tejado para evitar la propagación del incendio a un edificio anexo, que también resultó dañado.

"Al final todo salió bien, no hubo que lamentar heridos, pero fue un susto tremendo", comenta la propietaria del casa rural, María José Gondat. A los destrozos en la casa rural se suman otros menos importantes de la vivienda contigua, también suya.

La casa donde se originó el fuego funciona como casa rural desde su rehabilitación, hace algo más de año y medio. Fue propiedad del marido de María José Gondat y dispone de todo tipo de servicios. En el pueblo hay 25 casas y lo habitual es que en invierno no haya vecinos. Los propietarios de las viviendas de este pueblo solo regresan con la llegada del buen tiempo. "Por eso tuvo que ser un buen susto, porque estoy casi seguro de que los turistas estaban solos en el pueblo", dice José María Soto, propietario de la otra casa rural del pueblo.

La investigación para esclarecer el origen del fuego sigue abierta. La Guardia Civil visitó el lugar de los hechos para inspeccionar la vivienda y recabar pruebas sobre lo ocurrido, mientras que los propietarios, por su parte, tramitan con el seguro la futura reconstrucción del inmueble.

Como es habitual en estas casas, hay chimenea, una de las principales fuentes de calor de la vivienda. La propietaria indicó que la chimenea estaba encendida cuando se desató el fuego, pero no aclaró si tuvo algo que ver con el inicio de las llamas.

El incendio de esta casa no es un hecho aislado en Asturias. Desde el inicio del otoño se ha constatado un repunte de los incendios, especialmente en las viviendas que utilizan como fuentes de calor chimeneas o braseros. El 11 de octubre, las llamas calcinaron una casa de dos plantas y parte de un pajar anexo en la localidad tinetense de Tremado (Tineo) y cuatro días más tarde ardió el tejado y la primera planta de una vivienda de Ibias. El 23 de noviembre un fuego declarado en una casa de las Regueras se saldó con dos personas intoxicadas. El 18 de diciembre hubo que lamentar un incendio sin heridos en una casa de Felgueras, en Lena. El 30 de diciembre ardieron unos apartamentos de turismo rural en La Focella, en Teverga.

En otros casos el desenlace de los fuegos fue más dramático. Las llamas se llevaron la vida de seis personas en Asturias en 2016. Un hombre de 86 años murió el pasado agosto tras inhalar humo durante un incendio en su vivienda de Nava. En noviembre una mujer de 52 años residente en Cazanes (Villaviciosa) falleció tras desatarse un fuego por un brasero.

Ese mismo mes pero en Oviedo, murió un instalador por la mala combustión en una caldera de biomasa. Cerredo (Degaña) también lamentó la muerte de un hombre de 68 años por inhalación de gases tóxicos procedentes de un fuego.

En diciembre una octogenaria falleció en su casa de Quintana de Villazón (Salas) por presunta inhalación de monóxido de carbono. La última víctima una mujer naviega de 75 años que murió tras declararse un incendio en su casa.