El Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas) considera que "cada vez que un oso muere, el Principado trata de ocultarlo y de vincularlo con hechos absolutamente casuales". "Que aparezcan dos ejemplares muertos en el mismo punto y encima uno de ellos tras recibir un tiro es preocupante. Tenemos un claro problema de furtivismo en Asturias", advierte el presidente de la organización, Roberto Hartasánchez. El Fapas permanecerá "atento y exigirá a la Administración la máxima diligencia para esclarecer el fallecimiento del oso", manteniendo una "crítica total" a las necropsias que se realizan, ya que "no garantizan técnicamente la posibilidad de esclarecer las causas reales".

La población osera en la cordillera Cantábrica supera ya los 230 ejemplares -la mayoría en la zona occidental de la región-, por lo que existe un mayor riesgo de localizar animales muertos. No obstante, puntualiza Hartasánchez, "lo que pasa en Moal no sucede en otras zonas" y eso teniendo en cuenta que "aquí debería haber la máxima vigilancia".