Vuelta a la normalidad tras el fin de las vacaciones de Navidad y la contaminación se eleva aun más en el área central de Asturias. Las estaciones de medición de Lugones, Trubia y La Felguera estuvieron todo el día de ayer en máxima alerta por benceno y concentración de partículas en suspensión de tamaño inferior a 2,5 micras. Los valores se dispararon a partir de las ocho de la tarde. Además presentaron mala calidad del aire cinco estaciones, dos más que el domingo: la del Matadero y Llaranes en Avilés, la del Palacio de los Deportes y Purificación Tomás en Oviedo, la de Lugones en Siero y la de Sama en Langreo. Sin llegar a situación de alerta, el dióxido de nitrógeno repuntó en todas las estaciones a las nueve de la mañana y a las ocho de la tarde por el intenso tráfico. Hoy se prevé que remita la polución con la llegada de las primeras lluvias después de diecinueve días de sequía.

Según los datos de la red oficial de calidad del aire de la consejería de Medio Ambiente, Lugones es el punto negro de la contaminación en Asturias. Soporta grandes concentraciones de partículas en suspensión, tanto de tamaño inferior a 2,5 micras (PM 2,5) como a 10 (PM 10). En el caso de las primeras, ayer se alcanzó un pico de 71 microgramos por metro cúbico y una media en las últimas 24 horas de 37. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como límite para la salud es 25. Igual de altos estuvieron los niveles de PM 10 con picos de 104 microgramos por metro cúbico y una media de 50. Lo recomendable son como máximo 50 mg/m3.

Las partículas en suspensión son también el principal contaminante en La Felguera (Langreo), que lleva más de una semana soportando una mala calidad del aire. Ayer se llegó a los 64 microgramos por metro cúbico y el valor medio rondó los 40. El caso quizá más grave es el de Trubia, puesto que permanece día tras día en alerta roja por benceno, una sustancia altamente cancerígena y provocada por la industria. El pico más alto se registra siempre durante la noche: 78,7 microgramos por metro cúbico. Mientras que la Organización Mundial de la Salud establece un valor límite anual de 5, Trubia se movió ayer en los 20. Llama la atención Llaranes, en Avilés, que estuvo en las últimas horas en alerta naranja por benceno.

Todos estos datos muestran a medias la situación ambiental en la región, ya que las estaciones -son 23- se encuentran en sitios alejados de los focos de contaminación y no analizan todos los parámetros legislados, según sostienen los expertos. De cinco medidores que hay en Avilés, sólo uno, el de Llaranes, mide el benceno. El presidente de la Asociación de Pacientes con Patología Respiratoria del Principado y de la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermedades Respiratorias, Javier Palicio, asegura que las autoridades suelen hacer "grandes alardes" a la hora de anunciar acciones contra la contaminación, pero "al final hacen más propaganda política que realidad". Los que más sufren esta situación son las personas con enfermedades respiratorias, recuerda el neumólogo, que exige "medidas reales".

Ciudadanos Gijón mostró ayer su preocupación por la contaminación y reclamó "un mayor y más efectivo control a la industria". "No se trata de ponerles trabas adicionales a su actividad, sino simplemente de exigir a la Administración autonómica que sea mucho más rigurosa en el control del cumplimiento de la legislación ambiental", manifiestan.