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La güela universitaria de Asturias

La maestra langreana Carmen Velasco acabará a sus 83 años Filología Inglesa, después de décadas de estudio y otras dos carreras: Magisterio e Historia

Universitaria a los 80 años

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Universitaria a los 80 años Mónica G. SALAS

La güela universitaria de Asturias está a un paso de hacerse bilingüe. A la langreana Carmen Velasco Arteche, de 83 años y afincada en Oviedo, tan sólo le quedan dos asignaturas para licenciarse en Filología Inglesa. Pero la historia de Carmina, como la llaman sus allegados, tiene todavía más miga: superó las carreras de Magisterio y de Historia. Y si en mayo aprueba Literatura del Inglés Medieval y Literatura del Inglés del Siglo XXI, las dos materias que tiene pendientes, está dispuesta a empezar alemán. Velasco, además de una mujer vital, es una caja de sorpresas: lo mismo estudia y escribe poemas que hace fotografías y esculturas. Pero todo lo que es y lo que tiene es a base de sudor. La primera gota cayó en Ujo (Mieres).

"Iba a la escuela con 60 niñas de todas las edades. Estando allí fui la primera que dije: 'Yo quiero ser maestra'. De aquella no había muchas posibilidades, pero como mi padre (Paulino) era ferroviario pude ir al instituto en Pola de Lena y más tarde prepararme para profesora en Oviedo. Lo cierto es que las oposiciones las saqué a la primera y me resultaron bastante fáciles. También es verdad que no eran tan duras como las de ahora; había 125 plazas para 250 aspirantes", rememora. El primer destino de Carmina fue La Fresnosa, en Piloña. Y de ahí marchó para Tazacorte, en Santa Cruz de Tenerife, donde estuvo siete años. Después de dar clases otra temporada en Villanueva de la Serena (Badajoz) decidió regresar a Asturias.

"En aquel momento salió una ley de Educación que daba la posibilidad a los maestros de entrar en la Universidad sin necesidad de una preparación previa y yo lo aproveché. Me concedieron una beca y empecé con 33 años Historia en Oviedo. Fueron cinco años de mucho trabajo, sobre todo fue duro el último curso a raíz de la muerte de mi padre. Siempre me quedó la sensación de que las dos últimas asignaturas me las regalaron un poco", cuenta. Con ese conocimiento extra, Carmina volvió a las aulas, concretamente a Ibias. Pero su paso por el Suroccidente asturiano fue breve, de un año, para continuar su trayectoria profesional en Miranda (Avilés).

Carmen Velasco hace un alto en su relato para contar una anécdota: "En Miranda di durante años las asignaturas de Sociales e Inglés. Me comprometí a dar Inglés porque el profesor de esa materia tenía demasiadas horas y yo había hecho en la Universidad tres cursos. Aun así, mi inglés era pobre y decidí ir a practicar a Nueva York". La langreana volvió con mejor acento, pero no con el deseado. Así que en 1989 pasó un "año sabático" en Irlanda, de donde regresó una vez más "sabiendo muy poco". "Si algo aprendí de esos viajes es que hay que empezar estudiando idiomas con el método natural. ¿Y cuál es? Comenzar con estructuras muy simples y repetirlas y repetirlas. Sin esa cimentación en la base, te mueves en arenas movedizas", dice Velasco, que posee una memoria prodigiosa.

En Miranda, con 61 años, se retiró de las aulas. Pero el gusanillo del inglés siguió picando. Se apuntó entonces a una academia en Salinas y allí coincidió con universitarios. Fue la casualidad perfecta para volver a los pupitres con 63 años. "Ser alumno es mucho más guapo que ser profesor. Sin embargo, sabía que no podía hacer como en Historia, sacar cada curso en su año. Me faltaba la disciplina del estudio", confiesa. Así que decidió ir "sin prisa, pero sin pausa" con Filología Inglesa. Compañeros suyos como Daniel Navarro la admiran: "Coincidí con ella en algunas asignaturas y me parece que lo que hace tiene un mérito tremendo. Se curra mucho los apuntes y no se presenta a un examen si no tiene la seguridad de que va a sacar un sobresaliente". Navarro, además de amigo, es ahora su profesor. Todos los jueves le ayuda con las materias pendientes. "Hasta hablando en inglés, ella tiene un estilo propio", afirma. En mayo o como muy tarde en junio Carmen Velasco terminará la carrera. De momento tiene una media de notable y consiguió una matrícula de honor con la asignatura de Literatura Inglesa del Siglo XVIII. "Fue una satisfacción enorme", asegura.

-Pero ¿cuál es su objetivo, Carmen?

-Saciar mi curiosidad. Siempre tuve curiosidad por la política inglesa y todo este conocimiento me ayuda a entender el "Brexit". Tengo que agradecer a mucha gente lo mucho que me ha ayudado. Empezando por mis padres, Paulino y Josefa, y mis hermanos, Tere y Santi, y terminando por compañeros como Lorena, Avelina, Daniel... Ahora quizá sea el momento de ponerme con el alemán.

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