La nueva prueba de acceso a la Universidad va tomando forma, aunque con algunas incógnitas. La primera, la denominación del examen. Los rectores españoles aun no se han puesto de acuerdo acerca de si su acrónimo será EBAU o EVAU, como Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad. La segunda, la lentitud administrativa para completar el procedimiento. La vicerrectora de Estudiantes, Elisa Miguélez, recordó ayer que la Universidad de Oviedo, como entidad corresponsable de las pruebas, está a la espera de que la Consejería de Educación publique una resolución sobre la constitución de la comisión organizadora de la prueba. Entre tanto, "estamos funcionando con un grupo de trabajo", subrayó Miguélez.

Esa nueva selectividad, que será "muy similar" a la actual PAU, se plantea como "una situación transitoria" en tanto que el Ministerio de Educación toma una decisión acerca de "una ley [la controvertida LOMCE] que está siendo cuestionada". A juicio de la vicerrectora, la organización de la nueva prueba de Acceso a la Universidad "ya debería estar resuelta hace tiempo". El rector, Santiago García Granda, precisó que no es un criterio exclusivo de la Universidad de Oviedo "sino de todas las universidades".

Tras la reunión de la Comisión Sectorial de Asuntos Estudiantiles de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) se acordó que las calificaciones finales para el acceso a la Universidad van a ser calculadas mediante la ponderación del 60% de las calificaciones obtenidas en cada una de las materias cursadas en Bachillerato, junto con un 40% de la nota final obtenida en la prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad.

Se mantiene, asimismo, el desarrollo de las pruebas en dos fases: la obligatoria (que condiciona el acceso) y la opcional (para la admisión en carreras con numerus clausus).

La obligatoria constará de las cuatro materias troncales de cada Bachillerato, las tres generales comunes más la general de modalidad, que deberán ser todas ellas cursadas. Como máximo, la calificación obtenida en esta fase sumará 10 puntos. En la opcional los alumnos podrán examinarse de hasta cuatro asignaturas de las optativas de la rama elegida de Bachillerato pero solo se tomará en consideración las dos con mejores puntuaciones para determinar la admisión. En esta fase también se tendrá en cuenta la nota de la asignatura general de modalidad. Es decir, que la troncal general de modalidad es clave porque puntuará dos veces: en la fase obligatoria y en la opcional. Así, un alumno podría lograr hasta doce puntos en la prueba sin necesidad de hacer ningún examen de la fase opcional. En cualquier caso, los hagan esta segunda parte del examen para poder acceder a las carreras con límite de acceso de plazas podrán sumar, como hasta ahora, 14 puntos. Además, la nota de la fase obligatoria no caducará y la de la opcional tendrá una duración de dos años. La ponderación que tendrá la nota de cada asignatura en la parte opcional, que sirve para mejorar las calificaciones, se hará público en breve pero será muy similar a la que rigió la PAU de 2016, indicó la vicerrectora de Estudiantes, quien urgió a resolver cuanto antes esta situación que, según su criterio, debería estar resuelta desde octubre. "No es lo que queremos", declaró sobre la incertidumbre creada en torno a la prueba.