El Gobierno del Principado quiere controlar el número de refugiados que lleguen a Asturias, y no como ahora que tiene conocimiento a través de Cruz Roja y Accem pese a que después es responsabilidad del Ejecutivo regional la atención sanitaria y educativa. La Conferencia de Presidentes celebrada la semana pasada acordó impulsar ese plan de colaboración que ha defendido Asturias desde que se inició la crisis de refugiados.

La región tiene en estos momentos 218 refugiados, de los que 56 proceden de campos de refugiados y de nacionalidades eritrea, siria, iraquí y centroafricana.

Los representantes del Principado presentarán el lunes en la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo el plan de integración de refugiados como ejemplo pionero de colaboración entre el Ejecutivo, las ONG's y los ayuntamientos a través de la Federación de Concejos (FACC).

El planteamiento del Gobierno regional es que el Ejecutivo de Mariano Rajoy establezca unos criterios claros y comunes a todas las comunidades autónomas para el reparto de los refugiados. En esos criterios se deberán de tener en cuenta cuestiones como la población, la renta y el número de parados, entre otros. "Criterios razonables y homogéneos como estableció la Unión Europea con los países", explicó ayer el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, tras una reunión con Cruz Roja y Accem.

El sistema actual es que el Gobierno regional sabe cuándo llega un grupo de refugiados con poco margen de maniobra. El Estado da aviso a las organizaciones no gubernamentales colaboradoras como mucho con 48 horas de antelación, y son ellas las que deciden la distribución por autonomías en función de la capacidad.

Accem (Asociación Católica Española de Migraciones) dispone de 72 plazas de acogida, de las que 70 están ocupadas, según confirmó ayer su coordinador en Asturias, Javier Mahía. Es decir, sólo tiene dos libres. Cruz Roja, por su parte, tiene siete plazas libres, según su presidenta en el Principado, Celia Fernández.

El Consejero de Presidencia explicó que el Principado podría acoger "al menos a 400 refugiados de forma inmediata", aunque no es una cifra límite. "Si fuera necesario atender a más, nos iríamos adaptando", afirmó.

La situación de los refugiados acogidos en los campos de asentamiento se complica aún más con la crudeza del invierno que se está viviendo. De ahí que uno de los temores tanto entre las ONG's como del Gobierno regional es que se produzca, de repente, una avalancha de reasentamientos. "Aunque el papel que juega el Principado es fundamental y la coordinación es muy buena, todos necesitamos tener previsiones", afirmó Celia Fernández.