Asturias lleva semanas con los termómetros por los suelos. Una ola de frío que no fue tan drástica como se esperaba pero que ha obligado a los asturianos a ingeniárselas en busca de la mejor fórmula para paliar las bajas temperaturas. Los que saben bien de eso son los vendedores ambulantes, uno de los colectivos laborales que más sufren el frío desde que arrancan la jornada, en plena madrugada y con las temperaturas más bajas, hasta pasar largas horas en los puestos a la intemperie. Mantener calientes pies y cabeza, varias capas de ropa o cafés y caldos son algunos de los trucos que emplean en el mercado de Grado para sortear el frío. Y también los hay, como Cesáreo García, que se suben a las madreñas para evitar frío y humedad.

"Así es como se hizo toda la vida y no hay mejor calzado que unas madreñas para no pasar frío y, sobre todo, para la lluvia", afirma García. Tampoco baja al mercado sin su gorro porque dice que es por donde se escapa el calor corporal. Con gorro de lana y unas buenas capas de ropa también consigue aplacar el frío Jesús Gabarre, vendedor de calzado. "Ya hubo días peores, el caso es estar entretenido vendiendo, moviéndote, así no se pasa frío y tomando un caldo de vez en cuando", comenta.

Desde las seis de la mañana está Juan Manuel García en su puesto de fruta y verdura. Ayer iniciaron la jornada bajo cero, aunque fueron subiendo grados con el avanzar de la mañana. "Tenía que ponernos el Ayuntamiento suelo radiante", bromea. El vendedor asegura que están acostumbrados a pasar frío en el mercado y que, por suerte, no ha sido una ola de frío tan dura como anunciaban.

Algo más encogida estaba Carmina Suárez en su puesto, sentada en una silla, con los brazos rodeando su cuerpo para guarecerse de las bajas temperaturas: "Hay que aguantarse y sin queja, que hoy no hace tanto frío, es peor cuando hiela", advierte. Con ella está Celso García, quien añade que abrigarse bien, con varias capas de ropa, también ayuda. "Y el gorro como el café, indispensables", matiza.

El frío no restó mucha afluencia al mercado moscón, pero los que se acercaron hasta la villa también tuvieron que abrigarse para dar un paseo entre los puestos y como Magaly Guevara y Julio Granda, de Candamo, entrar en algún local para tomar algo caliente. Ella optó por el tradicional y reparador caldo de pita y él, un poco más arriesgado, se decidió por un albariño: "El vino también calienta", puntualizó.

Capas de ropa, caldo, gorros y bufandas fueron ayer protagonistas en el mercado de Grado como indispensables para soportar una jornada que no pasó de los 4 grados centígrados.