Alejandro García tiene 18 años y estudia primero de Bachillerato en el IES doña Jimena de Gijón. Padece una discapacidad visual y está a la espera de un nuevo trasplante de riñón. "Hay gente que piensa que tener una discapacidad es tener una debilidad pero en realidad es un bache que te ayuda a esforzarte más", destaca Alejandro.

Alejandro comparte instituto con Pablo. Este joven gijonés de 16 años tiene claro que su futuro pasa por estudiar telecomunicaciones. El premio asegura es un estímulo para seguir adelante a pesar de los impedimentos. "Hay retos que conllevan también muchas complicaciones pero hay que trabajar para sobreponerse a todo. Mi vida no es tan diferente a la de mis compañeros. Ir en silla de ruedas supone que tengo que visitar médicos o hacer fisioterapia pero los estudios y el nivel que hay que alcanzar son los mismos para todos", afirma. "El premio al esfuerzo personal es una ilusión para seguir adelante".

Son dos de los 42 estudiantes asturianos reconocidos con el premio al esfuerzo personal y al rendimiento académico. Guillermo Mena cursa primero de bachillerato en el IES Pando, quiere estudiar biotecnología y su expediente es uno de los que representará a Asturias en las pruebas nacionales de la ESO. Sus buenos resultados académicos le han costado entre sus compañeros el apelativo de empollón. "Los reconocimientos son una satisfacción pero también conllevan muchas envidias. A mí nunca me ha afectado lo que digan porque los que de verdad son mis amigos nunca se meterían conmigo. Tengo claras mis metas", argumenta Guillermo.

El consejero de Educación asegura que hay que dar visibilidad al trabajo de unos alumnos que pueden servir de estímulo a los demás. "Es nuy importante el esfuerzo que realizan superando en algunos casos situaciones personales muy difíciles", subraya Genaro Alonso

Los premios reconocen el esfuerzo personal y el rendimiento académico en la ESO, Bachillerato ,FP y enseñanzas artístticas y profesionales