Pegarse un chapuzón en un río, un lago o una laguna de un parque natural asturiano puede salir muy caro. La Administración sanciona con hasta 5.000 euros un baño en el Paraíso, como el que protagonizaron sin quererlo siete excursionistas el domingo en el lago Ercina. El hielo cedió y se dieron un pequeño remojón. Fuentes de la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales confirman que no habrá sanción, pues ningún guarda vio el incidente ni lo denunció. Las multas en casos muy graves, como derramar basura o vertidos, y destruir o recolectar especies de fauna o flora, son más cuantiosas: entre 200.000 euros y dos millones. Igualmente sancionables, aunque tipificadas como leves, son las acampadas, llevar los perros sueltos o entrar en zonas de uso restringido.

Esta última es la infracción más habitual, según explica Miguel Garrido, de Agumnpa, la asociación que integra a los guardas del medio rural de Asturias. "Es frecuente que los visitantes transiten tanto a pie como en coche por pistas de uso limitado. Suele pasar en verano o los fines de semanas, coincidiendo con las fechas de mayor afluencia", comenta. Los baños en lagos suelen ser casos "más esporádicos", aunque los hay, sobre todo en Somiedo. Tanto la ley de Protección de Espacios Naturales de Asturias como la ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad clasifican como infracciones la alteración de las condiciones de un parque "mediante ocupación, roturación, corta, arranque y quema", la emisión de ruidos que perturben la tranquilidad de los espacios naturales, y la instalación de "carteles, publicidad y almacenamiento de chatarra". Más graves se consideran acciones como "el uso de productos químicos, sustancias biológicas, realización de vertidos o el derrame de vertidos, y la destrucción, muerte, deterioro o recolección de espacios".

En el caso concreto de Picos de Europa, la normativa explica que está prohibido encender fuegos, instalar "sombrillas de vivos colores", utilizar aparatos de radio y realizar pintadas o inscripciones en rocas o árboles. Además especifica que los canes deben estar controlados por sus dueños e ir amarrados, con la excepción de los perros de los pastores. Con respecto a las bicis, indica que sólo pueden transitar por caminos aptos para vehículos y nunca campo a través.