Pablo González se encargó de inaugurar el escenario. Lo hizo antes de la entrega, para probar la rampa por la que subiría después con su silla de ruedas a por su premio al esfuerzo personal en ESO. "Es algo muy especial", destacó ante el reconocimiento a "muchas horas estudiando y haciendo los deberes". En ocasiones, "hasta altas horas de la noche". Un esfuerzo decisivo para llegar a donde está, primero de Bachillerato. Su madre le acompañó ayer y le ayudó a desplazarse por el auditorio. En un futuro, dijo, le gustaría graduarse en Telecomunicaciones. Una tarea en la que contará como principal fortaleza con su hábito de estudio: "Una vez que te acostumbras, con esfuerzo todo es más fácil".