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La mirada de dos "Goya"

El riosellano Jonathan Hevia y el avilesino Daniel González triunfan en los prestigiosos premios de fotografía tras completar trayectorias muy diferentes

La imagen de un palista que navega bajo un viaducto, con la niebla al fondo, le valió a Daniel González el "Goya". JONATHAN HEVIA

Uno es hijo y nieto de fotógrafos. El otro llegó a esta disciplina casi por casualidad. Son Jonathan Hevia y Daniel González, los dos asturianos que se han alzado con sendos premios "Goya" de fotografía, un galardón que concede la Asociación de Fotógrafos y Videógrafos de Aragón (AFPA). Dos fotógrafos con mirada propia a los que une su amor por el medio y una profunda amistad que han forjado a través del encuadre.

Natural de Avilés, aunque afincado en Gijón, Daniel González abrió hace algo más de once años una tienda de fotografía a la antigua usanza: "Hacía fotos de carné, revelados... esas cosas". Pero a los pocos meses acudió a una feria de bodas en la que conoció a Sergio Vega y a José Ramón Navarro, en la época presidente y vicepresidente de la Asociación Profesional de Fotografía y Vídeo de Asturias. "Gracias a ellos me metí en la fotografía profesional. Fui creciendo poco a poco en el mercado profesional, y hace cinco años cerré la tienda y abrí un estudio", explica González.

Aunque trabaja todos los géneros, su mirada se percibe más nítida en sus retratos, como el de Bakarak, una joven africana, o el de un hombre de La Calzada que, en 2013, le granjeó su primera mención en un concurso. También en las fotografías de paisajes, como la de un palista en un pantano que le ha permitido ganar el "Goya".

En la entrega de premios, celebrada días atrás en Zaragoza, González compartió la gloria con su amigo Jonathan Hevia. Riosellano de cuna, Hevia representa a la cuarta generación de una reconocida familia de fotógrafos. Como él mismo confiesa, usó primero su conocimiento del medio para "ligar".

No le fue mal: conquistó a la que hoy es su mujer. Ella le regaló su primera cámara digital, a los 16 años. "Empecé a hacer bodas. Pusimos juntos un estudio en Ribadesella y hoy seguimos con él", relata. En su día a día, Hevia hace principalmente bodas y fotos de bebés. En paralelo, se presenta a concursos y calificaciones, a los que envía obras más singulares, como la imagen de la nieve atravesada por pisadas y surcos de agua, tomada desde el teleférico de Fuente Dé, que le dio el "Goya".

Para Jonathan Hevia y Daniel González, el galardón supone mucho más que un reconocimiento a su buen ojo y a su trabajo: es un estímulo para seguir adelante, en un momento en el que los estudios de fotografía luchan por la supervivencia.

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