El portavoz de Ciudadanos, Nicanor García, trajo un mapa de la Agencia Europea de Medio Ambiente en el que Asturias ya era en 2013 único punto rojo de España por contaminación. El diputado de IU Ovidio Zapico enseñó la foto de un frasco lleno de partículas sedimentables barridas de una terraza de Gijón y Héctor Piernavieja (Podemos) sacó el propio tarro, al que pegó un imán para poder decir que en Asturias "hay gente respirando metales". El pleno de la reanudación de la actividad en la Junta General del Principado enturbió ayer el ambiente, de palabra y obra, en tres preguntas encadenadas sobre contaminación. El aire revuelto que empañó el cambio de año en el centro de la región llegó ayer al parlamento, que después de más de un mes sin plenos encontró a los tres grupos acusando a coro al Gobierno regional de pasividad, de triunfalismo, de "esconder el problema", y a la consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, contraatacando con su propias gráficas sobre la evolución de la calidad del aire -que "está mejorando", reiteró, que cumple la ley y no pone en riesgo la salud- y con su convicción de que en este terreno "el único discurso sensato es la prudencia y la moderación". También con la conciencia de que el problema puntualmente existe y aconseja la acción, pero requiriendo además de sus antagonistas menos "alarmismo ambiental".

En ese difícil equilibrio, la responsable de Medio Ambiente recibió las demandas de apretar las tuercas a la industria cifrando en 373 las inspecciones por contaminación atmosférica efectuadas en 2016 y en 29 los expedientes sancionadores iniciados en los dos últimos años. Fernández ya había concretado en 16 las propuestas de castigo del año pasado y ya había recibido desde las organizaciones ecologistas el calificativo de insuficiente, habida cuenta de que en Asturias hay 66 empresas con autorización ambiental integrada. Ella dijo alarmistas, sus antagonistas la llamaron triunfalista y Ovidio Zapico situó a su grupo en el punto medio de la "preocupación". Fernández se enfrentó al capítulo espinoso de los medios humanos de que dispone para controlar a la industria admitiendo que con más gente "haríamos una labor mayor de inspección y vigilancia", pero también, ni un paso atrás, que "los que tenemos están muy bien empleados y están trabajando con mucho ahínco".

En el problema específico del benceno disparado durante este enero en Trubia, la Consejera anunció un "plan de acción a corto plazo" con intención de "establecer límites más estrictos" en las autorizaciones ambientales integradas de las dos empresas concernidas, Química del Nalón e Industrias Doy, de exigirles "diversas mejoras en sus instalaciones" y de adjudicar de inmediato el contrato, avanzó, para acometer "revisiones en el entorno de estas industrias".

A las acusaciones de esconderse, de limitarse a esperar a que llueva, de la "indecencia" que supone, dijo Piernavieja, pedir que la población restrinja el uso de la calefacción en plena ola de frío, Fernández respondió volviendo a negar, en este caso "rotundamente, que en Asturias tengamos un problema global en esta materia". Desde las bancadas contrarias le habían reclamado severidad en la exigencia a la industria del cumplimiento de los niveles legales de emisiones, y antes de que se le acusase de "alarmismo social injustificado y deliberado", Piernavieja también había enseñado la foto de una nube naranja sobre Arcelor y otra de Trubia tapada. En su turno respondió la Consejera apelando al equilibrio. "Nadie", dice, "está dispuesto a apostar por que la industria forme parte del pasado. Queremos una industria cada día más limpia e innovadora y a la vez clave en nuestro tejido económico".

Pidió propuestas "sensatas y serias" una vez que Ciudadanos había optado por "incentivar a las industrias para que inviertan", IU reincidió sobre la convocatoria de "un gran pacto" y Podemos sugirió un sistema análogo al de "interrumpibilidad" para poder hacer parar a la industria en picos de polución disparada.