Fiestas de sexo sin límite de horario ni emparejamientos, aderezadas con un consumo inmoderado de drogas que dilatan la duración y el placer de los encuentros y ahuyentan el cansancio, como el GHB (llamado éxtasis líquido, aunque no tiene nada que ver con la MDMA), la mefedrona o el cristal o metanfetamina, de efectos tan devastadores si su consumo se prolonga durante mucho tiempo. Las fiestas "chemsex" (que viene del inglés "chemical sex", "sexo químico" en español) son una realidad importada desde el Reino Unido desde hace años, y también una práctica en Asturias, según asegura el médico experto en adicciones Eduardo Carreño. Es una práctica a la que se entregan sobre todo miembros del colectivo gay, aunque cada vez hay más parejas heterosexuales que disfrutan de estos encuentros ilimitados.

El gran problema es que este tipo de prácticas multiplica el riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, como el Sida, como viene advirtiendo el Comité Antisida de Asturias desde hace tiempo. El fenómeno, con ser minoritario, se ha hecho más fácil a través de aplicaciones de móvil como Grindr, Tinder, Gaydar o Bender. Recientemente acaba de salir una nueva aplicación, SafeChemsex, especialmente diseñada para este tipo de práctica, y que se vende como un lugar para el "cerdeo" seguro.

El consumo de las drogas antes citadas, mezcladas con cocaína , alcohol, cannabis, ketamina, "popper" benzodiacepinas o viagra,l puede conducir a sesiones sexuales de horas o incluso días. Corre el rumor de que un famoso cantante falleció recientemente tras cometer excesos indecibles el dìa de Nochebuena. Estas drogas mantendrían una erección constante durante un tiempo ilimitado, y mantendrían la euforia y desinhibición necesarias para encarar este "tour de force". La administración de estas drogas se realiza por vía oral, inhalación o rectal, aunque ha regresado el uso de jeringuillas, un fenómeno que no deja de preocupar a los médicos, ya que es una de las vías de transmisión del sida o la hepatitis C.

La mezcla de estas drogas hace que descienda la "percepción de riesgo", tal como señala Eduardo Carreño, y que se multiplique la posibilidad de transmisión de enfermedades, al no usar medios como los preservativos en practicas en las que puede producirse un contacto entre la sangre y la sustancia seminal. Ya hay trabajos sobre el "chemsex", como el realizado por el doctor Fernández.-Dávila, Sersión de sexo: morbo y vicio", en la que realizó 13.000 encuestas y llamó la atención sobre el incremento del consumo de drogas entre sus prácticantes

El "chemsex" se hizo tristemente célebre por el serial killer Stephen Port, recientemente condenado por drogar y asesinar a cuatro jóvenes con los que había quedado a través de aplicaciones especializadas en este tipo de prácticas. Algunas voces desde el colectivo gay han denuncia la demonización del "chemsex", especialmente desde ambientes heterosexuales, en una muestra más de homofobia.