La geóloga avilesina Abigail Calzada, licenciada por la Universidad de Oviedo y doctora en el Birkbeck College de Londres, salió de España para especializarse en Ciencias Planetarias. Estudia el origen de los meteoritos lunares, un campo para el que no encuentra sitio en España. "Resulta prácticamente imposible; los grupos que funcionan son pequeños y la gente no lo ve tan importante como otros campos como la Medicina o la Biotecnología", subraya. La joven, que busca ahora hacia dónde orientar su carrera laboral -por el momento pasará un tiempo en España-, reconoce que el trabajo investigador resulta "bastante sacrificado, te ocupa mucho tiempo y te obliga a estar varios años por el mundo realizando el posdoc", continúa Calzada.

En su caso, recalca, ser mujer y científica implica una doble dificultad: "Hay un momento en que te puede la presión de asentarte y tener familia y muchas lo acaban dejando". Abigail coincide con los datos del informe sobre mujeres científicas. "Hay muchos estudiantes mujeres de doctorados, pero en cuanto subes de escala los datos cambian", explica. Por suerte, dice, no ha tenido que vivir comentarios ni actitudes machistas ni en España ni en alguna de sus estancias en el extranjero. De su etapa en Londres regresa con muy buenas sensaciones: "Estoy muy satisfecha tanto por la Universidad como por los compañeros". De su trabajo de tesis, la avilesina llega a conclusiones como que la cantidad de componentes presentes en los meteoritos lunares indican que la corteza del único satélite natural de la Tierra no es tan homogénea como se pensaba.

En la Facultad de Química, las doctorandas de Teresa Fernández Abedul, integradas en el grupo que dirige el catedrático Agustín Costa, admiten que la decisión de la maternidad supone, en ocasiones, un freno en la carrera científica. Ahí está su techo de cristal. Alba Iglesias Mayor prepara su tesis con una beca FPI (Formación del Personal Investigador). Reconoce que su labor es muy incomprendida: "La gente no entiende el doctorado. Estamos 8 horas en la Universidad pero no comprenden que no cobremos". Fernández Abedul recuerda que tras el doctorado se abre para ellas una etapa "muy importante" no solo desde el punto de vista científico sino también personal. "Está en juego el futuro profesional, pero también una forma de vida personal y familiar" que algunas aplazan, concluye.