"En un partido de cuyo nombre no quiero acordarme, mandaba un hombre de pacto en astillero", podría decir el comienzo de un delirante "Quijote" inspirado en Francisco Álvarez-Cascos, a quien de tanto querer mando en plaza se le reblandeció la sesera y comenzó a acometer molinos creyéndolos gigantes de Pontevedra, mayormente Mariano Rajoy. Lo del "pacto en astillero" es ocurrencia de aire cervantino que viene al caso porque así se llamó el acuerdo que en su día llevó a la forista Carmen Moriyón a la Alcaldía con el respaldo de Xixón Sí Puede, formación sobre la que Cándido y Morala, líderes de la movilización del naval, tenían bastante ascendente. El "pacto del astillero" es acuerdo entre los extremos, izquierda y derecha, de los que la pareja del naval escora hacia la primera y el fundador de Foro hacia la segunda pronunciadamente, aunque se dice "transversal".

¿Pero hubo pacto del astillero? No hay testimonios gráficos. De lo que sí hay fotos es del encuentro que ayer mantuvieron en el café Dindurra de Gijón el caballero de cuyo nombre no quiero acordarme y los dos líderes sindicales del naval. ¿Pactaban? ¿Simplemente merendaban? ¿Celebraban San Valentín, que entre tríos también se estila? Juzguen ustedes mismos.