"Los menores de 16 años no deberían tener smartphones". La recomendación es del grupo de delitos económicos y tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, desde donde se advierte que el riesgo está en el mal uso que, por desconocimiento, los menores le pueden dar a sofisticados teléfonos que incorporan cámaras de fotografía y vídeo y acceso directo a las redes sociales.
La advertencia de los expertos policial se suma, a la realizada también por el fiscal decano delegado de menores de Asturias, Jorge Fernández Caldevilla, quien ha defendido públicamente que los padres pueden y deben controlar el móvil de sus hijos.
Los expertos recomiendan que los menores de 12 años no tengan móvil. "No lo necesitan", indican. Pero en caso de que se les facilite uno, debe estar limitado a hacer y recibir llamadas en las que los números de contacto estén controlados por los padres. Nada de acceso a Internet.
Y van más allá. Whatsapp no se debe tener hasta los 16 años. Los riesgos son "enormes", advierten. Ahí está, por ejemplo, el ciberacoso escolar (cyberbullying), con insultos y amenazas por Internet, pero también del "sexting" (enviar o solicitar fotos con contenido sexual que luego circulan sin control), y el "grooming", esos adultos que buscan hacerse amigos digitales de niños o adolescentes para obtener datos de él y luego servicios sexuales utilizando la seducción y el chantaje.
"Los menores están conectados permanentemente, todo el día. Son nativos digitales y hacen fotografías y vídeos que ya no cuelgan en Youtube, por ejemplo, donde su circulación se puede frenar. Las ponen en Instagram, o en Whatsapp, y ahí no hay quien lo pare", advierten desde el grupo de delitos tecnológicos.
La Policía realiza además una advertencia que los padres deben de trasladar a sus hijos: hacer circular imágenes de carácter sexual es un delito con el nuevo código penal. "Los chicos se pueden ver metidos en un buen lío por desconocimiento", aseguran los expertos.
