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Caso Niemeyer

Casi 200 facturas falsas o alteradas

Viajes de vacaciones de Grueso y su mujer acabaron pagados por el Niemeyer y se destruyeron documentos para ocultar el coste del rodaje de Woody Allen

Casi 200 facturas falsas o alteradas

Más de 130 facturas falseadas y alteraciones en la contabilización de otras 60 detalla el fiscal Alejandro Cabaleiro en su escrito de acusación del "Caso Niemeyer". Todas ellas forman parte de la documentación que aportó a la causa el abogado de la Fundación del Niemeyer, Alejandro Riera, y que a lo largo de la instrucción ha ido revelando LA NUEVA ESPAÑA. ¿Constituyen delito o no? Eso lo dirimirá un tribunal en el futuro juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial. Por el momento, la Fiscalía considera que los investigados han incurrido en malversación, entre otros delitos, y pide para ellos penas de cárcel que suman 25 años y tres meses, multas por valor de 46.000 euros e indemnizaciones que suman 245.000 euros (el dinero que supuestamente gastó la Fundación sin tener relación con la actividad del proyecto cultural, la mayoría viajes).

El fiscal Alejandro Cabaleiro ve una trama de alteración de facturas que estructura en varios apartados. Por un lado, 17 facturas por servicios prestados antes de que existiese una relación formal entre la Fundación del Centro Niemeyer y el director Natalio Grueso, que acaban facturadas al centro bien omitiendo la verdadera prestación que motiva el cargo, bien encubriendo sus fechas o clientes; entre ellas, el pago en 2008 de una penalización en un viaje contratado por Grueso y su entonces esposa (la investigada J. P.) a Colombia en 2006. Otro ejemplo: 237 euros en 2008 (supuestamente una estancia de hotel disfrutada por Grueso) cuando "realmente el servicio facturado correspondía con una diferencia en unas entradas en la Fórmula 1 de Mónaco de mayo de 2006" (a nombre de un taxista del Niemeyer).

El segundo capítulo lo conforman más de 25 facturas por servicios de viajes realizados supuestamente por J. P. sin que ésta tuviese vínculo laboral alguno con la Fundación y que encubrían viajes de naturaleza personal, siempre según el relato de la Fiscalía. Destaca un "viaje vacacional privado" que efectuaron "Natalio Grueso y J. P." a Tailandia en 2009 con un coste de 4.329 euros.

También existe una docena de facturas por servicios de viajes realizados por personas ajenas laboralmente a la Fundación o del secretario del patronato (el también imputado José Luis Rebollo), sin que conste que los beneficiarios tuviesen conocimiento de las alteraciones. Entre ellos, un viaje a Copenhague el día de Fin de Año de 2009 en que Grueso y su equipo fueron acompañados del agente de viajes J. M. V., su esposa y la entonces mujer de Grueso, J. P.

En torno a una treintena de facturas están relacionadas con personas ajenas al Niemeyer que realizaron viajes a costa del centro por ser "familiares o amigos" del equipo de Grueso. En ese largo listado, como anécdota, hay una factura de 55 euros por un traslado en taxi de J. P. de Oviedo a un restaurante de Soto del Barco, el 31 de agosto de 2009, donde comió Brad Pitt en su visita a Avilés, donde visitó un Niemeyer en obras.

J. M. V. era pieza clave en el entramado de facturas, según el relato del fiscal. Supuestamente confeccionó una serie de facturas por las que cargó a la Fundación gastos de servicios de clientes suyos totalmente ajenas al Niemeyer y a sus empleados. ¿Un ejemplo? Unos gastos por un "viaje familiar de J. M. V. a Silverstone del 19 al 22 de junio de 2009" que se correspondían con billetes de avión y gastos de hotel de terceras personas, según la documentación. En ese listado de facturas se encuentran los billetes de una mujer del oriente de Asturias que se desplazó a Cuba en varias ocasiones en diversos años o los de una familia asturiana que pasó sus vacaciones en Canarias en 2008. "No me lo puedo creer. ¿Pagadas por el Niemeyer? ¡Nuestras vacaciones las pagamos nosotros!", aseveró en marzo de 2013 a este periódico una ovetense.

El listado de supuestas alteraciones lo completan otras sesenta facturas que se dejaron de contabilizar. Según el fiscal esta práctica tenía como objetivo "presentar al patronato unas cuentas lo más saneadas posibles y ocultar el concepto de gastos reales".

Lo que costó para las arcas asturianas el rodaje en Asturias de varias escenas de "Vicky Cristina Barcelona" (2007) fue un misterio durante años. Durante la investigación del "Caso Niemeyer" trascendió que el coste fue de unos 162.000 euros. El fiscal ha detectado también irregularidades en la contabilización de seis facturas por valor que suman 52.871 euros. Para no destacar los costes reales que para la Fundación tenía el apoyo económico de la película de Woody Allen, procedieron a destruir las facturas originales, sustituyéndolas J. M. V. bajo las indicaciones de Natalio Grueso por otras falseadas.

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