Alfonso II el Casto y Carlomagno compartieron el tiempo. No existen evidencias concluyentes de que también coincidieran en el espacio, pero sí vestigios documentados de lazos políticos entre el pequeño reino astur de Alfonso y el gran imperio carolingio de la Europa medieval. Durante el reinado del Casto se activa el mito del hallazgo de la tumba del apóstol Santiago en Compostela y con ella el origen remoto de la ruta jacobea; también la leyenda de Carlomagno ha dado a luz su propio camino, la vía que lleva su nombre, una ruta turístico-cultural que viaja por las huellas del gran emperador de Occidente atravesando Europa desde Riga (Letonia) hasta la cara Sur de los Pirineos y en cuyo recorrido acaba de ingresar Asturias. La última asamblea general de la asociación paneuropea Vía Carlomagno, celebrada en Reims (Francia), aceptó los argumentos que defendían la solidez de los vínculos entre el reino asturiano y el considerado "padre de Europa" y admitió al Principado como la cuarta región española del itinerario carolingio. Suma sus motivos a los de Cataluña, Aragón y Navarra, a la "Marca Hispánica" que en los siglos VIII y IX marcaba el confín más meridional del imperio.
La decisión de acoger a Asturias, adoptada por unanimidad de los miembros de un colectivo que agrupa a los movimientos europeos de varios países y a distintas asociaciones culturales, asume un razonamiento que en su origen planteó el eurodiputado socialista asturiano Jonás Fernández. Identificó en Oviedo un punto de encuentro entre "las dos grandes rutas culturales que hay en Europa, el Camino de Santiago y la Vía Carlomagno", y en ésta "una vía adicional de oportunidades" en la que se amarran la economía y la cultura. Se trata, explica, "de que la introducción de Asturias en el itinerario de la ruta carolingia genere sinergias con el Camino Primitivo, cuyo enorme potencial económico en la región podría crecer si a esa ruta se engancha el otro gran itinerario del continente".
Ahora mismo, la Vía Carlomagno acabaría en Asturias, no hay más recorrido al Sur ni al Oeste, y el embrión de su idea de trayecto prevé que al pasar los Pirineos un ramal se dirija a Cataluña y otro tome el rumbo de Asturias, pero al camino le quedan todavía unas cuantas etapas. Los responsables del colectivo promotor batallan sobre todo por obtener del Consejo de Europa la inclusión de la ruta en la red de Itinerarios Culturales Europeos para mejor cumplir sus propósitos de consolidar un trayecto que "dinamice la industria turística, el empleo y la inversión en los territorios que atraviesa". Miguel Ángel Benedicto, vicepresidente de la asociación Vía Carlomagno en representación del Movimiento Europeo Español, añade que "quiere ser el embrión de algo más", una fórmula para "hacer Europa a través de la historia, la cultura y la ciudadanía".
El colectivo, nacido en 2014 al calor del 1.200 aniversario de la muerte del emperador, utiliza a Carlomagno por su remota condición de "primer padre de la Europa unida" y artífice de una suerte de fusión política paneuropea medieval que incluso unificó la moneda. Defiende Jonás Fernández, de regreso al siglo XXI, que a Asturias le interesa estar en esta ruta que pretende cerrar "el círculo virtuoso entre la cultura y la economía". Que por eso se ha esforzado en demostrar que es sólo circunstancial la ausencia de pruebas de presencia física de Carlomagno en el viejo reino de Asturias. "La leyenda dice que supuestamente estuvo en Compostela, pero parece bastante improbable", señala. Lo que sí hubo es un interés por contar con el apoyo de Aquisgrán por si el enemigo musulmán volvía a la carga, "lo que sí hay son cartas que atestiguan las relaciones diplomáticas entre la corte de Alfonso II y Carlomagno. Cuando el Casto saquea Lisboa", termina el eurodiputado, "incluso envía parte del botín como presente al gran emperador cristiano".
