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La Universidad busca su "pacificador"

Ramón Durán y Paz Andrés optan al cargo de Defensor Universitario y comparten interés por mantener visible un órgano que atendió 1.200 casos en cinco años

Los catedráticos Paz Andrés y Ramón Durán, candidatos a Defensor Universitario. LNE

Paz Andrés y Ramón Durán, los dos aspirantes a ocupar durante los próximos cinco años la plaza de Defensor Universitario, comparten idéntico entusiasmo por la oportunidad de que el claustro pueda decidir, a diferencia de lo que ocurrió en 2012, entre más de un candidato en las elecciones que se celebran este viernes. "Muestra la visibilidad del órgano", asegura el catedrático de Derecho Civil y primer profesor honorario de la Facultad de Derecho, de la que fue decano, sobre esta elección en la que aspira a renovar su actual mandato, cumpliendo así el máximo de diez años, dos más de los que dura el del Rector. "Tenía la obligación moral de defender la gestión realizada y varios compañeros me animaron", explica.

Paz Andrés (Oviedo, 1953), catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, antigua secretaria del Consejo Social de la Universidad, exvicerrectora de Extensión Universitaria y aspirante en dos ocasiones a Rectora, entiende que el puesto ofrece "una visión general y privilegiada" del conjunto de la institución académica y de lo que en ella va bien y no. Si resulta elegida querría desarrollar otra dimensión del cargo, "más allá de la resolución de quejas individuales" que también le corresponden. "Hasta ahora", indica en su análisis, "ha habido muy pocas recomendaciones o sugerencias generales; dado que hay poca práctica es difícil hacer balance", detalla la catedrática, quien, no obstante, recuerda que en esta elección no existe la campaña electoral como en otros órganos. "Tengo una experiencia y un conocimiento que me permitirían desempeñar bien el puesto. En cargos de gestión académica siempre demostré independencia y criterio", remarca. Su designación, no obstante, está en manos del claustro. En la jornada de votación sus respectivos avalistas (la primera persona que encabeza la lista de avales) presentará al resto de claustrales (ninguno de los dos aspirantes lo son) sus méritos e idoneidad para el cargo. A Ramón Durán (Burgos, 1959) lo representará el decano de la Escuela de Minas, Francisco Blanco y a Paz Andrés, el profesor de Biología José Manuel Rico Ordás. "Me alegra enormemente que se pueda elegir entre dos personas", subraya Durán, al tiempo que reconoce la "valía profesional" de la otra aspirante. Le desea suerte pero dice que se sentiría "muy honrado" si el claustro vuelve a confiar en él para dirigir la Oficina del Defensor. En estos cinco años ha desarrollado una media de 240 intervenciones por año (1.200 desde el ejercicio 2012), indica, un 80% de ellas referidas al colectivo de alumnos. "El PAS acude menos pero algunas de sus quejas son multitudinarias; una de ellas, sobre la relación de puestos de trabajo, la respaldaban 200 personas", expone sobre sus intervenciones recientes. Durán recuerda, no obstante, que el cargo de Defensor "no es un órgano en la sombra, funciona por sugerencias y recomendaciones a los órganos ejecutivos".

Su tasa de eficiencia, es decir, el número de personas que vieron resuelta su petición, alcanza el 70%. Sus tres competencias fundamentales, recuerda, son, además de la resolución de quejas, las labores de consulta y asesoramiento y también la mediación.

Paz Andrés, satisfecha por el reto, llega "con muchos estímulos y energía", avalada su "compromiso institucional" y promete mejorar "procedimientos y enfoques" desde la "independencia e imparcialidad" que exige el cargo pero tratando de abrir un espacio de diálogo para que la comunidad universitaria tenga mayor conocimiento de sus existencia: "Hasta ahora pasa bastante desapercibido".

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