Un debate recurrente, el respaldo a las comarcas mineras, y otro que ha llegado al Parlamento asturiano para quedarse, el de la conveniencia de un mejor y más eficaz apoyo a la innovación. "Del carbón al ratón", resumió en el pleno de ayer el diputado de Ciudadanos, Armando Fernández Bartolomé, haciendo suyos unos términos a los que ya había recurrido Vicente Álvarez Areces, hace siete años, cuando era presidente del Principado.
La necesidad de un plan de choque socioeconómico en los concejos mineros en el próximo bienio fue planteada, en forma de moción, por el portavoz de IU, Gaspar Llamazares, quien también pidió al ejecutivo de Javier Fernández que se dirija a Mariano Rajoy para exigir un plan de reactivación para la zona y la defensa del carbón autóctono en el mix energético nacional; vamos, que las eléctricas importen menos mineral de Colombia, Sudáfrica o Indonesia y compren más carbón de Hunosa o de las minas privadas del suroccidente asturiano. Apoyo casi unánime, salvo la abstención de Ciudadanos, cuyo diputado, Armando Fernández Bartolomé, hizo un llamamiento "a salir de determinado tipo de discursos, culpables de la situación que atraviesan las cuencas". Y señaló directamente al del diputado forista Pedro Leal, quien reclamó "una deuda histórica con las comarcas mineras porque mientras otras regiones se industrializaban, Asturias se degradaba con un alto coste social y en vidas humanas".
El parlamentario naranja reprochó el inmovilismo político. "Valnalón fue fundado en 1987 con el objetivo de dinamizar las cuencas. Dénse cuenta, llevamos 30 años instalados en el mismo discurso, nos traicionan hasta las palabras", argumentó Bartolomé. El podemista Héctor Piernavieja puso el foco sobre las oportunidades perdidas. "El carbón ha sido un bien de especulación más. Entre 1998 y 2014 llegaron 4.884 millones a las comarcas mineras asturianas, ríos de dinero que se fue al bolsillo de unos pocos. Hubo muchas cosas que se hicieron mal", reprochó Piernavieja. "La mayor parte de los pueblos abandonados en Asturias están en las cuencas. En Mieres, donde vivo, las perspectivas de futuro son más bien escasas", apostilló. El socialista Jesús Gutiérrez, por su parte, reprochó a IU y a Podemos que jueguen "con dos cartas, la de la minería y la ecología. O sobra Equo o ustedes", concluyó.
La conveniencia de una evaluación externa al Plan de Ciencia y Tecnología para el período 2013-2017 sí concitó la unanimidad de la Cámara autonómica. El análisis de ese plan deberá ser el punto de arranque de la segunda entrega, en opinión de Bartolomé, quien criticó la ausencia de un análisis continuo. "Ha de ser una evaluación transparente, en la que están la Universidad, los centros tecnológicos y las empresas", planteó el diputado de la formación naranja. Lorena Gil, de Podemos, criticó que el Gobierno reconozca que "no se agota el dinero destinado a las prácticas de titulados universitarios" y lamentó que el consejero, Francisco Blanco "apunte el problema y no ofrezca también el remedio".
Pasar revista al grado de retorno del Plan de Ciencia es la gran asignatura pendiente, a juicio de Emma Ramos. "Carece de sentido si somos incapaces de determinar las bondades o ineficacias del actual", advirtió la parlamentaria popular. Margarita Vega, del PSOE, avanzó que Industria elabora los pliegos de esa evaluación, con un plazo de licitación de dos meses y una ejecución de 6 meses, con lo cual deberá estar listo en 2018.
