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La ruta jacobea se convierte en un motor económico para los concejos rurales

Tineo sumó el pasado año 17.800 pernoctaciones de peregrinos, que mantienen abiertos restaurantes y tiendas en municipios como Allande

La ruta jacobea se convierte en un motor económico para los concejos rurales

"Sin los peregrinos no podríamos mantener el negocio". Esta aseveración de José Antonio Rodríguez, del Hotel-Restaurante Nueva Allandesa, en Pola de Allande, pone de manifiesto la creciente incidencia económica del Camino de Santiago en los concejos rurales asturianos por los que discurre. No hay datos oficiales, pero las estimaciones apuntan a que, tomando como base un gasto medio de 40 euros por jornada, los peregrinos dejaron más de siete millones de euros en la comarca suroccidental del Principado a lo largo de 2016. "Solo en Tineo, hubo 17.800 pernoctaciones de caminantes el pasado año", apunta Laureano Víctor García, presidente de la Agrupación de Asociaciones del Camino de Santiago del Norte, quien no pone en duda que la huella económica jacobea es "cada vez mayor, sobre todo en las villas y pueblos".

Un cuarto de siglo después de que Asturias iniciara un proceso de recuperación de sus rutas a Santiago que culminó en 2015 con la declaración como Patrimonio Mundial de la Unesco, el Camino bate récords y despunta como polo de atracción turística y de dinamización económica. Cerca de 30.000 personas recorrieron en 2016 los itinerarios jacobeos del Principado, lo que supuso casi un 8% más que en el ejercicio precedente. Además, los treinta albergues asturianos superaron las 62.000 pernoctaciones, el triple de las que se registraban hace una década. Estas cifras hacen que el Gobierno autonómico reconozca ya a la ruta como "un elemento de desarrollo sin parangón con otros bienes culturales de la región", poniendo en marcha un plan integral para consolidarla como gran eje cultural, turístico y de desarrollo, especialmente del ámbito rural. Así, este mismo año destina una partida de 834.000 euros a diversas iniciativas relacionadas con el Camino y su promoción.

Se trata de inversiones que el alcalde de Tineo, el socialista José Ramón Feito, reclama para reforzar y asentar el Camino de Santiago como polo de dinamismo en una comarca suroccidental en la que no abundan las oportunidades económicas. "La afluencia va a más y eso se nota en todo", subraya el regidor, que confía en la declaración de los itinerarios como Patrimonio Mundial para incrementar el número de peregrinos en los próximos años. Feito destaca que al calor del Camino han abierto varios negocios en su concejo, entre ellos tres albergues, uno en la capital y dos en Campiellos.

Un aspecto que Laureano García considera "clave" para que el Camino refuerce su relevancia económica en el medio rural es que se está consiguiendo romper el carácter estacional de la peregrinación, centrada casi exclusivamente hasta ahora en la primavera y el verano. "En enero hemos tenido 48 caminantes alojados en Tineo, cuando hace tres o cuatro años era casi imposible ver alguno en invierno", asevera el presidente de la Agrupación de Asociaciones del Camino de Santiago del Norte, quien destaca el hecho de que "hay pueblos de la comarca que ya viven casi exclusivamente de los peregrinos". Le respalda en esta apreciación el hostelero allandés José Antonio Rodríguez. "Los negocios relacionados con la alimentación, por ejemplo, dependen de la gente que hace la ruta", apunta.

La pujanza del Camino no es exclusiva del Suroccidente. También se extiende a la costa. Rodrigo Trabadelo, que lleva las riendas del albergue de La Caridad, en el concejo de El Franco, confirma que en el litoral ha crecido de manera sustancial el número de peregrinos hacia Santiago de Compostela desde "hace un par de años. "La verdad es que se nota en los comercios y en los restaurantes de la zona", apunta Trabadelo, que en 2016 atendió en su local a unos cuatro mil caminantes. Pagan cinco euros por el alojamiento y una ducha.

A pesar de que las cifras de afluencia de peregrinos y de pernoctaciones no dejan de crecer, la impresión general es que el Camino todavía no ha tocado techo en la región, que aún puede dar bastante más. Es lo que sostiene, por ejemplo, Luis Manuel Fernández. Está al frente del albergue de peregrinos de Berducedo (Allande) y espera que, tras las mejoras realizadas en los itinerarios, este año sea el del "despegue definitivo" de las rutas jacobeas asturianas.

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