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JUAN MANUEL GARCÍA RUIZ | Investigador del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, adscrito al CSIC, experto en cristalografía, imparte una conferencia en la Universidad de Oviedo

"Avanzamos hacia una nueva edad del hielo, no creo que podamos impedirlo"

"En la arquitectura del siglo XX se impuso la dictadura de la simetría del cristal, como pronosticó Le Corbusier, abogando por deshumanizar el arte"

Juan Manuel García Ruiz. FARO DE VIGO

Juan Manuel García Ruiz (Sevilla, 1953) es cristalógrafo. La fascinación por las formaciones de cristales y su evolución le ha llevado a viajar a algunos de los lugares más recónditos de la Tierra, desde California, a Tanzania, Etiopía o varios puntos de Australia. Desde hace más de dos décadas reside en Granada donde trabaja como investigador del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Granada. Esta tarde, a las 19.00 horas, ofrece una conferencia sobre "El cristal y la rosa: simetría en arte, ciencia y pensamiento", en el Aula Magna del edificio histórico de la Universidad.

-¿Por qué la vinculación entre el cristal y la rosa que plantea como nexo de su conferencia?

-Vivimos en un mundo caracterizado por un orden perfecto, muy preciso, donde el cristal representa, con sus formas poliédricas y caras planas, ese orden. El cristal es la evocación de la perfección, la inteligencia, el poder y lo oculto, y luego está el orden de la vida, que presenta una simetría mucho más libre, donde se incluye la curvatura y una geometría que ofrece diferentes posibilidades.

-Cuál es la que domina hoy, ¿la rosa o el cristal?

-He podido constatar que, en la naturaleza existen construcciones armónicas que también incluyen curvas y que se asemejan a las generadas por seres vivos: los biomorfos. Eso implica que la dicotomía entre la simetría cristalina y la simetría de la vida no existe. Me fue difícil publicar el resultado de esa investigación porque no se entendía bien. Hoy ya está más aceptado pero esa idea de que son dos mundos distintos ha ejercido una influencia importante en las concepciones del pensamiento y el arte.

-¿Cuál pesa más?

-Las cartas de seducción entre Dalí y Lorca cuando éste se encontraba en la Residencia de Estudiantes de Madrid abren ese debate sobre la idea de belleza, si se encuentra en el cristal o la rosa. Dalí era partidario del cristal y Lorca, de la rosa. Esas ideas son las que han influido en todas las artes, también en la arquitectura. Por ejemplo, la del siglo XX es una arquitectura del cristal. Le Corbusier ya abogaba por deshumanizar el arte y hacerlo basado en el cristal. Se ha impuesto una dictadura de la simetría del cristal. La gramática de la danza también se basa en estos mismos conceptos. Pero los biomorfos demuestran que esa diferencia no debe existir.

-El ejemplo más espectacular de armonía cristalina lo halló en el interior de la Cueva de Naica, en México, con enormes estructuras cristalinas de yeso que pueden llegar a medir 12 metros. ¿Cómo salió a la luz?

-Fue una investigación que se realizó en varios lugares hasta ese hallazgo. Lo que encontramos fue una estructura muy rara. Supermán es el ejemplo más claro de la atracción del ser humano por el cristal. Naica es como la Capilla Sixtina de la cristalografía. Ahora estamos viendo cómo preservar esas estructuras. Si bien no tiene una importancia económica excesiva, es un museo mineral vivo.

-¿Existe algún ejemplo parecido en España?

-Lo más parecido son las cuevas de Pulpí, en Almería. Toda la investigación realizada en esta misma línea en España comenzó en Segóbriga (Cuenca), con unas minas romanas de donde se extraía una material que se empleó a modo de vidrio en palacios y casas. Aquel momento fue importantísimo y estamos tratando de preservar esos lugares.

-¿Cuál diría que es el principal tesoro geológico de la cornisa cantábrica?

-Si bien no existe un rasgo geológico interesante relacionado con el cristal sí creo que toda la zona minera debe ser preservada, aunque su valor económico no es importante, desde el punto de vista de la arqueología industrial merece la pena conservarlo.

-Usted es un gran divulgador: ¿Cree que deberían seguir su ejemplo otros colegas investigadores?

-A veces es difícil contar lo que haces y no siempre está valorado. Normalmente, si haces divulgación, se considera algo menor. No está valorado ni desde el punto de vista formal ni desde el propio colectivo de investigadores.

-En la actualidad dirige el proyecto "Prometheus", financiado por el Consejo Europeo de Ciencia. ¿Cuál es su objetivo?

-Tratamos de entender cómo era la Tierra antes de que apareciera la vida y estudiamos el papel de las estructuras biomorfas en su adaptación a las simetrías de la vida. Queremos ver si existen lugares donde se pueda dar eso. Para ello, hemos viajado a lugares remotos, de condiciones extremas, como Kenia o Etiopía, con mucha o poca acidez, donde buscamos idénticas condiciones a las que se dieron en el origen de la vida.

-¿Está de acuerdo en que avanzamos hacia una nueva edad del hielo?

-Sí, y no creo que podamos hacer nada por impedirlo. No será algo que suceda pasado mañana pero existió en pasado y volverá de nuevo.

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