La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El currículum perfecto: ni mentir ni inflar

Hasta las habilidades en apariencia más dispares importan, y conviene adaptar el documento a cada empleo; eso sí, que sea breve y preciso

María Eugenia Entrialgo y Fidel Suárez, orientadores laborales de la Universidad de Oviedo. ÁNGEL GONZÁLEZ

Decenas de estudiantes y recién egresados pasaron la pasada semana por los expertos en recursos humanos en el Foro Empleo, jornadas de la Universidad de Oviedo en busca de la empleabilidad de los jóvenes. Buscaban redactar o mejorar sus currículos para entregar a las empresas que concurrían en el evento. Y es que el currículum dice mucho del que lo presenta.

Eugenia Entrialgo y Fidel Suárez forman parte del Servicio de Orientación Laboral de la Universidad de Oviedo y sirven de guías a la hora de aconsejar lo que se debe y no se debe hacer a la hora de abordar el currículum.

Nada de copia y pega. Cada demanda de trabajo y cada empresa requiere un currículum distinto. "Es preciso singularizarlo y con alguna referencia a la empresa o a la función profesionales a las que se desea acceder".

En un folio, mucho mejor. Es falsa esa idea de que cuanto más engorde el currículum más posibilidades hay de trabajo. "Los expertos aconsejan una página o, a lo sumo, dos". Se requiere capacidad para condensar información y ofrecer lo esencial.

Ni una mentira. Ni siquiera una exageración: nos acaban pillando. Cuidado con la valoración de los idiomas. La mejor forma de demostrar competencia en lenguas extranjeras es con niveles oficiales de acreditación. "Lo de nivel básico o elevado es decir poco".

Lo formal cuenta. Hacer atractivo el currículum. Por ejemplo: usar banderitas para explicar competencias en idiomas o estancias en el extranjero. "Pero que el currículum no sea la verbena de la paloma".

Datos personales indispensables. Nombre, apellidos, año de nacimiento, localidad de residencia, un número de teléfono y una dirección de correo. "Cuidado con los nombres graciosos de los e-mails (tipo megustalajuerga.com) y, por supuesto, precaución máxima con los contenidos que vamos dejando en las redes sociales". Las empresas rastrean, y están en su derecho a hacerlo.

Las notas académicas, mejor en el tintero. No es aconsejable ponerlas. Si no son muy exitosas no aportan nada; si lo son, pueden ser entendidas como una exhibición. "Hay excepciones cuando hablamos de un hecho singular, como por ejemplo un premio extraordinario fin de carrera".

Foto, de cara. Se requiere la típica fotografía de carnet, y en color. "Hay que evitar otros formatos" y hacer alardes de cara y mucho menos de cuerpo.

Datos privados. Se entiende que el estado civil o el número de hijos, por ejemplo, forman parte del área más personal del demandante. "Lo normal es que la empresa se lo pregunte al candidato/a en la entrevista posterior", pero no antes de ese momento.

Todo cuenta. Hay que focalizar los datos de formación directamente relacionados con el trabajo que se demanda. En otro apartado adicional se incluyen otras actividades que ya no tienen que guardar relación con el trabajo. Deportes, gustos, trabajos de voluntariado... "Son los factores diferenciales. Las empresas buscan competencias y habilidades. Tocar un instrumento o ayudar por el verano en el negocio familiar también cuenta".

Compartir el artículo

stats