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"He pasado página; si no, sería la ruina", asegura "Pepe el del Popular"

El allandés José Pérez Díaz, arrestado hace justo ocho años tras casi 18 de huida por un desfalco del que fue exonerado, vive ahora en Centroamérica

"He pasado página; si no, sería la ruina", asegura "Pepe el del Popular"

Hace justo ocho años que el allandés José Pérez Díaz -"Pepe el del Popular"- recuperó lo más preciado que tiene un ser humano, su identidad, el nombre que le dieron al nacer. Y lo hizo de una forma un tanto rocambolesca, preñada de incertidumbres, aunque adornada de un final feliz. El 23 de marzo de 2009 era detenido cuando trataba de sacarse una visa para viajar a Estados Unidos bajo la identidad de Roberto García Gómez, el nombre que adoptó en México para tratar de espantar un pasado que finalmente terminó alcalzándolo. Llegaba a su fin una huida de 18 años, que se había iniciado el 5 de marzo de 1991, cuando salió de estampida de Santander, donde dirigía la sucursal del Banco Popular del céntrico barrio de Puertochico. El banco diría luego que José Pérez Díaz había montado una banca paralela con 300 de los 2.000 clientes que tenía la sucursal, a quienes ofrecía una rentabilidad del 12 por ciento. Imposible decir que no. El resultado fue un agujero de poco más de 6.000 millones de pesetas, unos 36 millones de euros. Eso, según el banco.

Durante 18 años se le perdió el rastro. Él asegura que se marchó de España prácticamente con lo puesto, y que para saber qué pasó con el dinero habría que preguntar al banco. Tras romper con su familia española, terminó instalándose en Tepoztlán, un pueblo del estado de Morelos, donde reinició una nueva vida junto a Diana Judith Ortega, propietaria de un restaurante y presidenta local del PRI. Con ella tuvo un hijo, Roberto, el mismo nombre que él había adoptado.

En marzo de hace ocho años, entre las paredes del centro de reclusión "Ignacio Allende" de Veracruz en el que fue encerrado y desde el que habló en exclusiva para LA NUEVA ESPAÑA, el futuro quizá se le antojaba bastante negro, pero los acontecimientos iban a desarrollarse de tal modo que muchos pensaron que detrás había un plan predeterminado. Eran 22 años años de prisión los que solicitaban contra él los servicios jurídicos del Banco Popular. Pero un juez de Santander decidió, cuando ya llevaba encerrado quince días en México, que los supuestos delitos cometidos por el que alguna vez ha sido llamado "el Madoff asturiano", habían prescrito. Un año antes, el mismo juez había exonerado por el mismo motivo a la esposa española de Pepe, Esperanza Murillo. El 18 de abril de 2009 volvía a pisar por fin tierra española, pero ya como un hombre libre. Acompañado de su abogado, Juan Carlos Fernández, en el todavía Aeropuerto de Barajas, Pepe decía estar tranquilo. Al día siguiente entraba en Asturias, con lágrimas en los ojos, por el puerto de Pajares.

Pero, ¿qué fue de Pepe durante estos últimos años? Dirigió primero un hotel en la localidad lucense de Barreiros y ayudó a la expansión en México de una firma asturiana de maquinaria pesada, Unión Europea de Grúas. Continuó además con las ventas de azulejos, que fue lo que le dio de comer en los últimos años en México. Hoy en día ha dejado México por Centroamérica, donde le sigue yendo bastante bien comercializando azulejos. "Sigo haciendo lo que he hecho toda la vida, trabajar", aseguraba ayer mismo desde Costa Rica, con el mismo espíritu optimista que le llevó allá por los setenta a recorrer Asturias en 600 vendiendo unos ceniceros con forma de manzana. "Estuve el año pasado en Linares, celebrando el cumpleaños de una tía mía de 99 años. Pasé 15 días maravillosos. Este año intentaré visitar otra vez Asturias", aseguró Pérez Díaz, siempre feliz de hablar con asturianos.

Pepe vive saltando de país en país en Centroamérica, expandiendo la firma de azulejos que representa. "Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua...", enumera. Ya no hay fronteras para este allandés, que durante 18 años tuvo que llevar una vida discreta en México. De aquello, ya ni se acuerda. "Hace mucho que pasé página, si no, sería la ruina", asegura. Atrás queda la incertidumbre vivida en México, el dolor por no haber podido acudir, en 1993, al entierro de su madre, del que se enteró semanas después, la separación de su primera mujer y de los cuatro hijos que tuvo con ella, la angustia de vivir con un secreto del que ni siquiera hizo partícipe a su mujer mexicana. Ahora tiene una nueva compañera, de nacionalidad costarricense, pero se ha llevado con él a su hijo Roberto, el que tuvo en su periplo mexicano, que ahora tiene ya 18 años.

"Pepe el del Popular" asegura que nunca se llevó un duro del banco, y de hecho, mientras vivió en México, llevó una existencia austera y trabajadora, y de hecho tienen que seguir trabajando. Pero la pregunta sigue ahí: ¿dónde está el dinero? La respuesta de Pepe no deja de tener cierta guasa: "Pregúnteselo a Ángel Ron, el expresidente del banco, que además está casado con una asturiana, que ha logrado quebrar un banco que era el más rentable del mundo". Y promete que algún día lo contará todo.

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