La Guardia Civil ha detenido a 4 personas y ha tomado declaración a otra en calidad de investigado en el marco de las denominadas "Operación Oryza" y "Estaferro", por estafas al sector empresarial. Esta investigación llevada a cabo entre la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón y la de Madrid se culminó el pasado día 21 de febrero.

El 05 de abril de 2016, una entidad bancaria de Asturias, recibía la petición de una empresa, cliente habitual suyo, de la realización de una trasferencia de dinero, en concreto 13.100,68€. La transacción quedó bloqueada al percatarse el cliente del movimiento bancario que se había realizado sin su consentimiento.

Tan solo un día después, se recibía otra solicitud de similares características, en esta ocasión la trasferencia era de 18.900€, movimiento que no se llega a consumar debido a las sospechas que había despertado la producida el día anterior.

Este modo de operar en el mundo de las estafas, denominado "Searphisin", (modalidad de phisin), utiliza un modo de engaño muy elaborado, aplicándose técnicas orientadas a manipular a una persona, para que, bien aporte información sensible, bien se le induzca a llevar a cabo acciones inconscientes para la obtención de esa información o bien para que la víctima efectúe alguna acción que finalmente le resulta perjudicial como es este caso.

Las investigaciones llevadas a cabo en Asturias, confluyeron con otras que se estaban llevando a cabo en Madrid, concretamente en Villaviciosa de Odón, en donde también se había intentado estafar a una empresa de la localidad requiriéndose la transferencia de 10.378€, y a otra de Guadalajara, requiriéndose la cantidad de 11.538€., confirmándose las sospechas de los agentes de la existencia de un grupo de delincuencia organizado tras los hechos y cuyo radio de actuación era todo el territorio nacional.

Estas acciones se llevaban a cabo de la siguiente manera: primero se accedían de forma ilegal a una cuenta de correo utilizada de modo habitual por alguna empresa como medio de contacto entre la empresa y la entidad bancaria con la que opera, haciéndose con las claves de acceso. Tras el estudio de los correos emitidos y recibidos, realizaban la petición de las trasferencias utilizando documentación similar a la empleada habitualmente y así no despertar las sospechas de la entidad financiera a la que solicitan la transferencia del dinero.

El dinero es enviado hacia cuentas cuyos titulares son meros intermediarios del dinero, también llamados "mulas", haciéndoselo llegar al escalón superior de la organización (captadores de "mulas") tras obtener parte del dinero como beneficio.

El funcionamiento del grupo tiene una estructura piramidal y jerarquizada, con distinción clara de los diversos roles, empleando medios como hackers, captación de mulas, realización de engaño, recepción del dinero defraudado y posterior blanqueo.

El dinero obtenido, finalmente se transfiere a través de diversas cuentas tanto de las propias mulas, cabecillas, y empresas constituidas por la organización en España y posteriormente a cuentas bancarias de diversos países de ámbito europeo y africano.

Las "mulas" son elegidas entre personas sin ingresos económicos o con ingresos muy bajos, aprovechándose de las necesidades económicas de los mismos para su captación.

En este caso, el núcleo operativo principal investigado se hallaba en la provincia de Toledo, donde residían la mayoría de los integrantes del grupo, aunque también se localizó una persona vinculada al mismo en la provincia de Valencia.

Como consecuencia de las investigaciones, se pudo conocer como otras empresas, tanto nacionales como extranjeras, habían sido víctimas de estos hechos. Así se habían producido en países como Suiza e Inglaterra.

Finalmente, en día 21 de febrero, se procedió a la detención de 4 personas en Toledo y una investigada en Valencia. Se trata de A.V.A., de 63 años y vecino de Paterna (Valencia), L.A.G., de 63 años y vecino de Toledo, I.A.G., de 44 años y vecino de Toledo, P.E., de 24 años y vecino de Toledo, y D.P.U., de 41 años y vecino de Toledo.

En el registro efectuado en el domicilio de los cabecillas se intervinieron varios ordenadores así como documentación bancaria y de la propia organización que será analizada.

A estas personas se les imputan los delito de estafa, revelación de secretos (por acceder sin consentimiento del titular a las cuentas de los correos electrónicos de las empresas estafadas), falsedad documental y pertenencia a grupo criminal.

El rol en la organización era el siguiente: los tres primeros se trataban de "mulas", es decir, los encargados de mantener cuentas abiertas donde se realizaban las transferencias bancarias de las empresas estafadas, ya sea a su nombre o incluso a nombre de empresas ficticias que creaban; y los dos últimos eran captadores de "mulas", y quienes recogían el dinero que les entregaban las "mulas" y se lo transferían a cuentas en el extranjero.

Los detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado de Guardia de Illescas (Toledo) y las diligencias han sido entregadas en los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Piloña y el de Primera Instrucción de Móstoles (Madrid).