"Este 8 de marzo no queremos flores ni bombones, queremos que se pare el mundo porque no funciona sin nosotras". Este mensaje, lanzado por el grupo feminista "Les Rudes", sirvió de chupinazo a los actos organizados en Avilés con motivo del Día Internacional de la Mujer, que comenzaron con una concentración en El Parche. El broche lo puso en el Palacio Valdés la compañía "La Belloch Teatro" con la obra "Verano en diciembre" tras la lectura del manifiesto del 8 de marzo, que puso el énfasis en la desigualdad laboral y en los avances derivados la Ley de Igualdad.

Fueron cientos las mujeres que secundaron en Avilés el paro de media hora convocado en todo el mundo por el 8 de marzo. Entre ellas estaba la avilesina Dolores Valero: "Estamos muy cabreadas. Es injusto que nos estén matando, que los políticos digan que hacen por la igualdad cuando miran para otro lado", aseveró. "Creo que es importante estar aquí, que se dé voz al feminismo. Por eso he parado esta media hora, para poner el acento en los problemas de las mujeres", señaló la ovetense Raquel González. También participaron en la protesta decenas de varones, entre ellos el avilesino Ángel Álvarez: "Me parece justo estar aquí. Debería haber más hombres y una tarima para que se pudieran subir a ella las mujeres a hablar".

Un nutrido grupo de mujeres lució gorros de color rosa en homenaje a las estadounidenses que se echaron a la calle para criticar el "machismo" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los tejieron ellas mismas en el marco de una iniciativa impulsada por el Club de Lectura "Una habitación propia" y El Patio de la Juventud. Entre ellas estaba la historiador Rebeca Fernández: "Creo que es muy importante esta convocatoria internacional, en la que también se reconoce el trabajo sin remunerar para que la sociedad sea consciente", aseveró.

La asociación de vecinos de La Luz repartió entre las mujeres claveles, como manda la tradición para cada 8 de marzo, y los actos reivindicativos por la igualdad de oportunidades se sucedieron por toda la comarca. No se pidió otra cosa que lo que aún hoy se sigue negando: la igualdad real entre hombres y mujeres.