"Apoyamos totalmente la huelga y las reivindicaciones que se exigen al Gobierno pero parece que en Asturias siempre que sale una convocatoria de este tipo una de las indicaciones que se cuela es la supresión de los conciertos". Rafael Fernández Arias y Asunción Álvarez, miembros del comité de empresa del colegio concertado Montedeva, fueron de los que ayer cumplieron con su cometido en las aulas. Aunque hubieran preferido no hacerlo. Pese a estar, ellos y otros muchos, a favor de las exigencias al Gobierno, entienden que "algunos de los puntos recogidos en las reivindicaciones" les dejaban excluídos.
Fernández Arias indica que "la recuperación de la escuela pública no pasa por la eliminación de los centros concertados", y lo que podría haber sido una causa común "en contra de la LOMCE" no fue así. "Nos sentimos discriminados por los propios sindicatos", sostiene el docente gijonés para quien "es entendible que la escuela pública sea una prioridad por delante de la nuestra, pero pedimos que, al menos podamos mantener lo que hay. No hace falta recortar de los centros concertados para mejorar la escuela pública". Una trayectoria sindical de muchos años en CC OO les lleva a estos docentes gijoneses a mostrar claramente su descontento: "compartimos sindicato con gente que está en la educación pública y siempre defendimos que había que hacer un planteamiento global y no perjudicarnos entre los que nos dedicamos a la enseñanza". Para Fernández, lo único que se pide desde los centros concertados es igualdad. "No pedimos más conciertos, únicamente defendemos que eliminarlos significa, al final, suprimir trabajadores", de ahí que lo conveniente sea "conseguir mantener un equilibrio". Y siempre, dicen, exigiendo un control exhaustivo de los fondos públicos de los centros concertados para que "se emplee el dinero de forma adecuada".
