Dormir en un faro ya no es un sueño, es una realidad. Ribadeo será el primer municipio del país en reconvertir una vieja atalaya en un hotel de lujo. La torre de Isla Pancha abrirá sus puertas a finales de este mes con dos habitaciones de cuarenta metros cuadrados y una cafetería para dar vida al proyecto "Faros de España", que impulsa Puertos del Estado con el objetivo de aprovechar turísticamente estos balcones al mar. Lugo lidera de este modo la resurrección farera, que ya pretenden imitar otros enclaves gallegos, como Punta Ínsua, en Carnota, y Corrubedo, en Ribeira, ambos en La Coruña. Asturias lo intentó antes incluso de que el Ministerio de Fomento sacase el actual proyecto, pero fracasó.

El expresidente de la Autoridad Portuaria de Avilés Raimundo Abando fue la persona que pensó en darle una nueva utilidad a los faros de la región en 2011. "Hicimos un concurso para montar un restaurante y un museo sobre el Cañón de Avilés en la torre de San Juan. Aunque nuestro planteamiento iba más allá, transformar en hoteles todas las atalayas desde el Cabo Peñas hasta Tapia de Casariego. Pero no llegó a buen puerto", cuenta Abando, que considera "buenísimo" que ahora la región pudiese retomar la idea. Por cuatro razones. "La primera porque hoy en día los faros están en absoluto desuso. La segunda porque están ubicados en enclaves maravillosos. La tercera porque los faros son de todos y es una forma de disfrutarlo. Y por último porque su explotación daría beneficios económicos", añade.

En esta misma línea justifica Puertos del Estado su proyecto, que responde a "la necesidad de diseñar una nueva oferta turística al servicio del crecimiento económico de nuestro país". "Cualquier iniciativa turística -expresa- resulta muy interesante, tanto para la conservación de los propios faros como desde el punto de vista económico, por la inversión que supone y su repercusión en el entorno". Además, la apertura de los faros al uso hotelero ha despertado el interés en inversores internacionales, sobre todo en algunas zonas como Galicia y Baleares.

En España hay 187 faros, de los cuales 15 se encuentran en Asturias. Algunos, sobre todo en el Sur, ya tienen usos alternativos relacionados con la hostelería y la cultura. Sin embargo, hasta ahora no había ninguna torre vigía hotel. Quizá por ello la de Ribadeo se bañó en polémica. El Defensor del Pueblo sugirió incluso la suspensión de las obras de reforma al "echar en falta la tramitación de la licencia". A nivel nacional, los detractores critican el plan "Faros de España" porque "no conjuga bien con la idea de democratizar el uso de las atalayas". Otros se oponen por el riesgo medioambiental que representa la entrada de turistas en zonas especialmente sensibles.

La torre de Isla Pancha, levantada en 1857, dejó de funcionar en 1980. Y desde entonces permaneció olvidada. En los próximos días, sus nuevos inquilinos volverán a cruzar el pequeño puente que separa la isla de tierra firme para vivir una noche única, un espectáculo. Cada una de sus dos habitaciones tiene capacidad para cuatro personas y su coste es de 150 euros, que en julio y en agosto podría ascender a 300. Ribadeo ilumina así el nuevo camino de los faros españoles.