-Madrina, haz algo, que no quiero ir con papá. Tengo miedo.

Es la petición de la niña naveta, que el lunes cumplirá nueve años, que mueve a su familia a clamar "justicia, que escuchen a la nena y vean los motivos por los que no quiere ir con su padre, que consta en informes psicológicos y a la juez, además de que los médicos de urgencias y la polícia vieron varias veces cómo se pone cada vez que le toca ir con él". Quienes hablan son su madre y su tía, que aseguran llevar tres años de calvario. "Nadie sabe lo que estamos pasando", insisten.

Su madre y abuela de la pequeña fue acusada por su exyerno de falso testimonio por decir ante el juez que su nieta le había confesado presuntos abusos del padre a la niña cuando tenía seis años y medio. Ahora, el magistrado la ha absuelto de este delito. "Se demuestra que mi madre está diciendo la verdad y que la nena se lo contó", apunta la tía con cierto alivio, pero con la angustia de ver que su sobrina no quiere ir con su progenitor, como marca el régimen de visitas. "Demostramos que mi madre era inocente y ahora tenemos que demostrar que la nena está diciendo la verdad", remarca.

A su lado está su hermana y en su cara se refleja el drama por el que está pasando esta madre, a la que por su sordomudez le cuesta expresarse. Ambas piden que el juez escuche a la cría y le evite tener que ir con su padre cada dos semanas. Cuentan que días antes, ya empieza a ponerse nerviosa y dejar de comer, tiene pesadillas y ha sufrido episodios de ansiedad. La madre le denunció hace tiempo por malos tratos y al hombre se le impuso una orden de alejamiento.

Fue en 2014. La niña tenía seis años y medio, cuando le contó a su abuela "como un secreto" que su padre le había realizado tocamientos. Concretamente, relató que el progenitor le tocaba con la mano el "cucu" y, a veces, le mete el dedo, que juega poniéndose encima y está mojado. Ante esta confesión, la familia decidió llevar a la menor a una psicóloga. En el informe que emitió resalta "el miedo" que tiene a ir con su padre" y su "deseo de vivir con la madre y la abuela". No obstante, apunta que "las declaraciones no son suficientemente concluyentes al utilizar un lenguaje que no es propio para su edad", a pesar de que alude a la alta inteligencia de la niña y su capacidad para expresarse, más desarrollada que otros niños por la minusvalía de su madre, a quien suele servir de apoyo para comunicarse.

Acto seguido, la familia denunció lo ocurrido en los tribunales. Insisten en que tienen "informes médicos, de la Policía Local y de la Guardia Civil que vieron la situación en la que la cría llega a estar cuando le toca ir con el padre". "Es un sufrimiento", resumen, pues "el miércoles ya llora pensando" en el fin de semana. Hoy irá con él.

En la vista oral testificó la abuela de la pequeña y la Fiscalía la acusó de falso testimonio y pedía una pena de año y medio de prisión. El psicólogo forense concluyó que la denuncia presentada contra el padre de la pequeña no era verosímil, pues cuando se entrevistó con la cría observó un lenguaje propio de adultos y la versión era exacta a la abuela. El padre, que solicitó 60.000 euros de indemnización por daños morales, se mantiene en su inocencia. La tía de la niña se defiende: "¿qué es, que si mi madre se lo manda a la cría vamos a llevarla a un psicólogo?".

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo les da la razón al no apreciar "inducción alguna por la abuela" sobre la niña, por lo que determina que "no hay por qué dudar de su imparcialidad y objetividad". Justifica que tanto la madre como la tía y la propia abuela, en la vista oral, "han mantenido con firmeza y rotundidad que la niña contó a la abuela los actos que su padre había realizado sobre ella", en referencia a presuntos abusos.