La compra de medicamentos mediante subasta, fórmula que estudia poner en marcha la Consejería de Sanidad del Principado, perjudicará a los pacientes y a los farmacéuticos, y generará desabastecimientos, según pronosticó ayer Belén González-Villamil, presidenta del Colegio Farmacéuticos de Asturias. Tomando como referencia la experiencia de Andalucía, vaticinó que "los usuarios, a través de la receta médica, sólo podrán llevarse el medicamento licitado que, en el caso de los crónicos, podrá coincidir o no con su tratamiento habitual, y esto puede ocasionar problemas de adherencia a los tratamientos".

La posibilidad de que el Principado implante el procedimiento de subasta para adquirir los fármacos que se dispensan en las farmacias mediante receta fue adelantada la semana pasada en la Junta por el titular de Sanidad, Francisco del Busto. El PP manifestó entonces sus reticencias.

¿Qué sucederá en la práctica? Según el Colegio de Farmacéuticos, que los médicos, en los fármacos que hayan sido licitados en la subasta, prescribirán por principio activo; y los farmacéuticos deberán dispensar el medicamento que haya ganado la subasta "y enfrentarse al problema de los desabastecimientos que se generan, ya que es frecuente que el laboratorio fabricante sea incapaz de hacer frente -por sí solo- a la demanda del medicamento". "Estamos preocupados porque es una medida que incide negativamente en la gestión de las oficinas de farmacia, además de generar otros problemas", declaró la presidenta de los boticarios asturianos.

Con todo, Belén González-Villamil descartó que el sistema de subasta pueda generar una merma de la calidad de los fármacos: "Todos los medicamentos que están disponibles en las oficinas de farmacia cuentan con la debida autorización de la Agencia Española del Medicamento, lo que supone una garantía absoluta de calidad", explicó.