La incidencia de la tuberculosis bovina en Asturias se situó el año pasado en el 0,16%, casi la mitad que en el ejercicio anterior (0,28%). Este descenso, tras el leve repunte que se produjo en 2015, unido a la reciente declaración del Principado como zona indemne a la brucelosis bovina, "indica que los programas se están desarrollando de forma adecuada", según afirma la Consejera María Jesús Álvarez. La prevalencia de la enfermedad en la región es diez veces inferior a la media nacional, que es de 2,81%.

La titular de Desarrollo Rural y Recursos Naturales destaca el descenso producido en el municipio de Parres, "donde el foco parece estar en vías de control y erradicación". Aunque el estatus sanitario de la cabaña ganadera es "muy bueno, lo que permite una mayor competitividad de las explotaciones", la Consejera insiste en la necesidad de continuar "en esta línea de control, vigilancia y erradicación, hasta conseguir bajar hasta el 0,1% y mantenerse durante seis años consecutivos por debajo de este porcentaje, que es el exigido para la declaración de la comunidad como oficialmente indemne de tuberculosis". Asturias está considerada región libre de brucelosis bovina por la Unión Europea desde febrero y de caprina y ovina desde 2013.