Ya lo dijeron en 2011 y lo volvieron a repetir ayer: la mejor fabada del mundo es la de la Casa de Comidas Chema, entre Las Caldas y Soto de Ribera, en Oviedo. El jurado de la séptima edición de este concurso desveló en Villaviciosa el nombre de Joaquina Rodríguez como la mejor cocinera del plato asturiano por excelencia, un título que ya conquistó hace cinco años. "Estoy que no me lo creo" fueron las primeras palabras de Rodríguez al bajarse del estrado donde le entregaron el título, una obra de la maliayesa Charo Cimas.

El restaurante ovetense es el primero en la historia del certamen en revalidar el título, algo que cogió por sorpresa a sus propietarios. "Mucho cariño y atención" son dos de las claves para cocinar una fabada en la que, por otra parte, Rodríguez destacó la materia prima: fabes de Pravia y compango de Lugo de Llanera, las mismas opciones con las que concursaron en 2011.

El restaurante Casa Román de Gijón quedó en segundo lugar y el Pícola Salgar, de la localidad llanisca de La Huera Meré, en tercer puesto y con la peculiaridad de ser su primera vez. El de ayer fue un certamen lleno de repeticiones, pues la campeona del año pasado, Ana Merino, del restaurante colungués Vistalegre, quedó en cuarto puesto. El quinto fue para el restaurante Bedriñana, de Villaviciosa, y el sexto para Casa Zapico, de Toledo. Estos dos últimos establecimientos llevaron además otros premios: Bedriñana fue distinguida como la mejor fabada de Villaviciosa y el toledano recibió el premio al mejor compango.

El año pasado este segundo reconocimiento recayó en el mismo restaurante que la fabada ganadora. Aunque ya está entrenada en estas lides, Joaquina Rodríguez vivió el premio casi como si fuera la primera vez. Hay una diferencia, que ya sabe lo que se le viene encima, el aluvión de comensales que van a llegar a su establecimiento en busca de la mejor fabada del mundo. "En 2011 lo notamos muchísimo", apuntó la cocinera, quien suele trabajar la faba seca y sólo recurre a la fresca o verde cuando se le acaba la primera.

Las referentes gastronómicas de Rodríguez han sido la cocinera de Casa Ovidio, en Trasona, y su madre. De la primera aprendió los "verdaderos trucos de la cocina", algo de lo que la bicampeona está "muy orgullosa". Con gran apoyo de su marido y su hijo, la ovetense elaboró un plato de impresión a juicio del jurado.

De entre los 90 participantes (22 de ellos de fuera de Asturias y uno de México) quedaron seis finalistas y los encargados de evaluar las fabadas concluyeron que la de Casa Chema era "la más completa" en cuanto al caldo, la cremosidad de la faba, el compango y la presentación, un aspecto que destacaron. La decisión estuvo, no obstante, muy reñida, pues entre el segundo y el quinto puesto sólo hubo seis puntos de diferencia.