La Guardia Civil de Tráfico presentó durante 2016 en Asturias un total de 3.526 denuncias contra conductores que circulaban bajo los efectos del alcohol. Aunque la mayor parte de las infracciones registradas en los cerca de 255.000 controles realizados durante el pasado año en las carreteras interurbanas de la región se saldaron con sanciones por la vía administrativa, 547 conductores fueron denunciados penalmente a través de atestados que han sido remitidos a los juzgados y que conllevan la retirada del carné, con una media que supera el medio centenar al mes si se suman los procedimientos incoados por las policías locales.
El máximo de alcohol permitido para conducir es de 0,25 miligramos por litro en aire expirado (0,5 gramos por litro en sangre) en el caso de los automovilistas y motoristas, lo que sería el equivalente a un consumo de dos cañas de cerveza o dos vasos de vino. El techo es de 0,3 gramos por litro en sangre ó 0,15 miligramos en aire expirado para los transportistas profesionales. La vía penal se abre en aquellos casos en los que se aprecia la comisión de un delito contra la seguridad vial y en los que el automovilista supera los 0,60 miligramos por litro al soplar en el aparato de la Guardia Civil o de la Policía.
Según establece la legislación en vigor, los conductores denunciados por vía penal que sean finalmente condenados se enfrentan a penas que oscilan entre los tres y los seis meses de prisión, multas de seis a doce meses, trabajos en favor de la comunidad por espacio de dos a tres meses o la pérdida del derecho a conducir por un periodo que va de uno a cuatro años.
Las sanciones administrativas son progresivas en función del resultado de las pruebas. Así, presentar entre 0,25 y 0,50 miligramos por litro está castigado con una multa de 500 euros y la pérdida de cuatro puntos. En caso de reincidencia, la cuantía económica asciende a mil euros. Aquellos automovilistas que den entre 0,51 y 0,60 miligramos pagan mil euros y quedan sin seis puntos del carné.
Además de los positivos por alcohol, a lo largo del pasado ejercicio se iniciaron en Asturias por parte de la Guardia Civil de Tráfico procedimientos contra 874 conductores que iban bajo los efectos de las drogas. Siete casos fueron derivados por los agentes a los juzgados por la vía penal, al haberse apreciado la comisión de un delito por circular tras el consumo de drogas tóxicas, sustancias psicotrópicas o estupefacientes. En estos casos más graves, las sanciones a los que se enfrentan los conductores acarrean de tres a seis meses de prisión. Además, también conllevan la retirada del carné de conducir.
Los estudios sobre seguridad vial concluyen que cuatro de cada diez accidentes de tráfico están relacionados con el consumo de alcohol o drogas.
