"Se estropeó la corriente eléctrica del colmenar y la muy bruja entró". Así describe el presidente del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas), Roberto Hartasánchez, el ataque de un plantígrado a su finca de Coañana, en Teverga, donde se pegó un buen festín de miel. O mejor dicho, de larvas de abeja. Hartasánchez explica que los osos buscan proteínas "tanto cuando salen de la cueva como cuando acaban la época de celo". Es una forma rápida de llenar bien el estómago.

El presidente del Fapas grabó la maniobra de la osa en un vídeo, en el que se ve primero cómo el ejemplar busca la forma de entrar en el colmenar y luego se decide por trepar la valla. Pese a las picaduras de las abejas, el animal no deja la misión: comer hasta fartucarse un cuadro con larvas. Y si de paso, cae algo de miel, mejor todavía. Para ello, desmonta las colmenas a base de golpes y después empieza la comilona. Así de atrevidos y de listos son los osos asturianos. "Al día siguiente repusimos la corriente eléctrica y estuve esperando a que volviese, pero es como si lo supieran: no apareció más", explica Hartasánchez.