El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) vincula el osezno muerto en Somiedo con la entrada de senderistas en su hábitat. La organización alerta de que Asturias tiene "un problema muy gordo con la penetración de personas en zonas de máximo interés osero, que altera su hábitat". El presidente del FAPAS, Roberto Hartasánchez, se muestra "preocupado", puesto que el hallazgo del domingo se produjo a "veinte metros" de otro esbardo, localizados en mayo de 2015. "Fue en el mismo camino y también lo encontraron unos excursionistas", afirma.